El investigador Ander Ramos de Tecnalia junto a Niel Birbaumer, profesor de la Universidad de Tübingen exponen en la revista Nature Reviews Neurology cómo las interfaces cerebro-máquina (BCI) utilizan la actividad cerebral para controlar dispositivos externos, permitiendo así que los pacientes con discapacidad grave puedan interactuar con el entorno.
La publicación Brain-computer interfaces for communication and rehabilitation explora diferentes técnicas invasivas y no invasivas para el control cerebro-máquina, fundamentalmente EEG, y más recientemente las de espectroscopio de infrarrojo cercano. Las interfaces asistidas cerebro-máquina están diseñadas para permitir que los pacientes paralizados puedan comunicarse o controlar dispositivos robóticos externos, como las prótesis; las interfaces cerebro-máquina para la rehabilitación están diseñadas para facilitar la recuperación de la función neuronal.
En esta revisión, se proporciona un resumen del desarrollo de interfaces cerebro-máquina y de la tecnología actualmente previa a los estudios clínicos.
Se ha considerado en primer lugar el uso de interfaces cerebro-máquina para la comunicación en pacientes que están paralizados, en particular aquellos con síndrome de cautiverio como resultado de esclerosis lateral amiotrófica. Se debate el uso de interfaces cerebro-máquina para la rehabilitación motora después del accidente cerebrovascular grave y lesión de la médula espinal. También se describen los posibles mecanismos neurofisiológicos y de aprendizaje que subyacen a la eficacia clínica de los interfaces cerebro-máquina.
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Journal
Nature Reviews Neurology