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Reducción en la oferta de presas fue determinante para la extinción de los tigres dientes de sable, señala estudio

El cruce de datos climáticos y fósiles de aproximadamente 15 millones de años muestra que la disminución en la disponibilidad de presas pudo haber sido fundamental para el fin de estos félidos

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Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo

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Saber-toothed cats of the genus Smilodon devouring their prey. A loss of diversity occurred due to fewer herbivores to prey on, which led to extinction

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Credit: Felipe Capoccia/UNICAMP

En dos nuevos estudios apoyados por FAPESP, investigadores de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp), en el estado de São Paulo, Brasil, arrojan luz sobre cómo las interacciones entre depredadores y presas influyeron en la extinción de los tigres dientes de sable y el fin de la gran diversidad de antilocápridos, hoy reducida a una sola especie: el berrendo o antílope americano.

En el primer trabajo, publicado en el Journal of Evolutionary Biology, los investigadores utilizaron bases de datos fósiles, estimaciones de tamaño corporal y datos sobre variación climática en América del Norte y Eurasia durante los últimos 20 millones de años.

Así, lograron trazar la historia evolutiva y las interacciones que pueden haber influido en la extinción de los tigres dientes de sable. Estos félidos forman un grupo cuya principal característica son sus colmillos alargados, lo que sugiere que eran depredadores especializados en cazar grandes animales.

“Una de las hipótesis más discutidas en la literatura es que la extinción de los dientes de sable estaría relacionada con la desaparición de la megafauna al final del Pleistoceno, entre hace 50 mil y 11 mil años. Estos animales de gran tamaño se extinguieron debido a cambios climáticos y a la acción humana, lo que habría dejado a los depredadores sin sus principales presas”, explica João Nascimento, primer autor de los estudios, realizados durante su doctorado en el Instituto de Biología (IB-Unicamp) con beca de FAPESP.

“Sin embargo, descubrimos que el proceso comenzó millones de años antes. A lo largo de la historia del grupo existieron varias especies diferentes de dientes de sable. Nuestro estudio muestra que las extinciones de algunas de ellas ocurrieron, en general, en momentos en que la diversidad de presas era menor”, señala.

En el otro estudio, publicado en la revista Evolution, los autores observaron una correlación en sentido inverso. El aumento en la diversidad de depredadores hizo que la diversidad de especies de un grupo de herbívoros, los antilocápridos, disminuyera.

En el pasado, los antilocápridos fueron animales diversos en América del Norte, pero hoy están representados por una sola especie viva: el antílope americano (Antilocapra americana), uno de los herbívoros más veloces del mundo. Una de las dos subfamilias, Merycodontinae, se extinguió completamente hace unos 6 millones de años. Este evento coincide con la aparición de los proboscídeos, grupo al que pertenecen los elefantes actuales, que competían por los ambientes boscosos con los Merycodontinae.

La otra subfamilia, Antilocaprinae, comenzó su declive también hace unos 6 millones de años, coincidiendo con el aumento en la diversidad de félidos. Entre ellos se encuentra, por ejemplo, el guepardo americano (Miracinonyx), una especie que, al igual que el guepardo africano, presentaba adaptaciones para la persecución a gran velocidad.

Estudios de otros grupos de investigación sugieren que la depredación por parte de esta especie es una de las explicaciones evolutivas detrás de la gran velocidad del antílope americano. El presente estudio refuerza esa hipótesis al mostrar que la diversidad de félidos pudo haber influido en la extinción de los antilocápridos del pasado.

En un trabajo anterior, los investigadores señalaron el gigantismo de los herbívoros en la Península Ibérica como un factor que contribuyó a la extinción de depredadores hace 15 millones de años. Esta vez, los estudios abarcan territorios mucho más grandes, a escala continental (lea más en: agencia.fapesp.br/53916). 

“La gran contribución de este conjunto de estudios es precisamente introducir la noción de que la interacción entre depredadores y presas puede tener efecto en los grandes patrones evolutivos. Esto se venía debatiendo desde hace décadas, pero no existía un conjunto de resultados realmente robusto que respaldara esa hipótesis”, afirma Mathias Pires, profesor del IB-Unicamp que oriento del estudio.

Macroevolución

Tanto los dos trabajos actuales como el anterior solo fueron posibles gracias al gran volumen de datos disponibles sobre registros fósiles de América del Norte y Eurasia, con información como el tamaño corporal y la dieta. Las bases de datos están disponibles en línea, de forma gratuita, y permiten realizar una serie de estimaciones.

Con los datos en mano, los investigadores trazaron la historia evolutiva de varios grupos de animales de gran tamaño. Así, pudieron estimar su probable surgimiento y extinción, y comprender cuáles coexistieron en el mismo período y pudieron interactuar.

Los dientes de sable, por ejemplo, surgieron hace 12 millones de años en América del Norte y hace 14 millones de años en Eurasia, con un pico de diversidad que llegó a incluir hasta ocho especies coexistiendo. La diversidad se mantuvo estable hasta hace 6 millones de años, cuando empezó a declinar, estabilizándose luego en cinco especies. Su extinción ocurrió en la época actual, el Holoceno, que comenzó hace 11,700 años.

El período en que los dientes de sable comenzaron a declinar en diversidad coincide con cambios que volvieron el clima más árido, expandiendo los ambientes abiertos y, como consecuencia, aumentando el número de animales ruminantes que se alimentan de los pastos que dominan estos paisajes. Al mismo tiempo, los animales que se alimentaban de hojas perdieron los ambientes boscosos que les proporcionaban dieta y refugio.

“Nuestro estudio no encontró una relación directa entre este evento y la reducción de los dientes de sable, pero estos cambios en el ambiente tuvieron un impacto indirecto en las extinciones de las diferentes especies de dientes de sable, a través de la reducción de la disponibilidad de presas”, reflexiona Pires.

Uno de los grupos perjudicados por estos cambios fue el de los Merycodontinae. Esta subfamilia de antilocápridos era folívora, más dependiente de los bosques, y terminó extinguiéndose. Mientras tanto, los antilocápridos pastadores, en su mayoría Antilocaprinae de aquella época, prosperaron durante más tiempo, pero habrían comenzado a declinar con el aumento de la diversidad de félidos.

“Estamos mostrando cómo el aumento de depredadores puede reducir la disponibilidad de presas, lo que a su vez reduce la abundancia de depredadores, y cómo eso puede manifestarse a escala evolutiva. Es una advertencia sobre cómo podemos estar alterando el futuro con las extinciones que provocamos hoy”, concluye Pires.

El artículo Variation in prey availability over time shaped the extinction dynamics of sabre-toothed cats puede ser leído en: academic.oup.com/jeb/advance-article-abstract/doi/10.1093/jeb/voaf043/8115575

El estudio Open ecosystems expansion, competition, and predation shaped the evolution of Antilocapridae está disponible para suscriptores en: academic.oup.com/evolut/advance-article-abstract/doi/10.1093/evolut/qpaf091/8124702.


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