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La enfermedad de la yuca “escoba de bruja” se propaga en Sudamérica

La enfermedad escoba de bruja de la yuca se está propagando rápidamente por el noreste de Sudamérica, amenazando este alimento básico fundamental para millones de personas en Brasil y en el continente.

Business Announcement

The Alliance of Bioversity International and the International Center for Tropical Agriculture

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Cassava leaf stalks are analyzed in the laboratory

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Credit: Alliance of Bioversity International and CIAT / E.Ramirez

Investigadores de la Alianza y sus aliados, incluido Embrapa —la principal organización de investigación agrícola de Brasil—, lanzaron un plan de respuesta rápida para frenar la propagación y mitigar las posibles consecuencias devastadoras para la seguridad alimentaria y los medios de vida.

En 2023, agricultores de yuca en zonas remotas de la Guayana Francesa observaron con estupor cómo sus cultivos se marchitaban. Arrancaban tallos deteriorados del suelo y, en lugar de encontrar grandes raíces —piedra angular de las dietas en Sudamérica—, hallaban apenas raíces del tamaño de zanahorias. Tras analizar los resultados de una expedición en 2024 a la Guayana Francesa, los investigadores identificaron el problema como la enfermedad de la escoba de bruja, provocada por un hongo aún poco conocido. Fue el primer reporte de esta enfermedad en las Américas.

Al mismo tiempo, también se observaron casos en Brasil. En 2025, se confirmaron los dos primeros reportes en el país más grande de América Latina, en marzo y mayo, separados por al menos 1.000 km de distancia.

Científicos de la Alianza de Bioversity International y el CIAT (la Alianza) y de Embrapa lanzaron en junio de 2025 un plan de respuesta rápida para mitigar la propagación de la enfermedad y formalizar los esfuerzos de colaboración iniciados a principios del año. La prioridad inmediata es frenar o contener la expansión de la escoba de bruja y evitar un desastre continental en la seguridad alimentaria.

“Estamos ante una emergencia”, afirmó Paulo Melo, investigador de la Oficina de Relaciones Internacionales de Embrapa, durante una reunión estratégica en la sede regional de la Alianza en Colombia. “La yuca es un alimento diario en Brasil. Si los productores, especialmente muchas mujeres y comunidades indígenas, no tienen raíces de yuca, no tendrán qué comer ni de qué vivir”.

El noreste de Brasil es uno de los mayores consumidores de yuca del mundo. Este país es, por mucho, el principal productor de yuca de América Latina. La CWBD, sigla de esta enfermedad en inglés, tiene tasas de infección de hasta el 90% en el sudeste asiático, donde la Alianza identificó por primera vez en 2023 al hongo patógeno como causante de la enfermedad. Los primeros informes en Brasil y Guayana Francesa indican tasas alarmantemente altas de mortalidad de la yuca.

La yuca es una fuente esencial de calorías, carbohidratos, vitaminas y micronutrientes. Fácil de cultivar incluso en condiciones adversas, sus raíces y la harina derivada de ellas desempeñan un papel esencial en muchas dietas. La yuca es fundamental para la seguridad alimentaria de unas 800 millones de personas en el mundo, especialmente pequeños agricultores. Muchos países africanos consumen más yuca per cápita que el propio Brasil. Hasta el momento, no se han reportado casos de CWBD en África.

La propagación de la escoba de bruja en Brasil es especialmente preocupante porque la Amazonía es el centro de origen de la yuca, donde fue domesticada por primera vez y donde existe su mayor diversidad natural, incluidas al menos 98 especies silvestres emparentadas. Debido a que la enfermedad es nueva en Sudamérica, los científicos creen que hay poca resistencia natural.

Aunque se necesita una línea de investigación adicional, se cree que la escoba de bruja probablemente saltó desde un huésped aún desconocido en el sudeste asiático hacia el cacao, el aguacate y la yuca, lo que genera la preocupación de que podría volver a pasar del cultivo de yuca al de cacao en Sudamérica, también centro de origen de este cultivo. Investigadores de la Alianza esperan comprender la susceptibilidad del cacao al hongo causante de la escoba de bruja, el Ceratobasidium theobromae.

Ciencia para la prevención

Con la escoba de bruja expandiéndose por Sudamérica, se acelera la carrera por comprender la magnitud de la amenaza. La colaboración Alianza–Embrapa contempla acciones inmediatas para contener la enfermedad. En última instancia, los investigadores esperan encontrar una forma de tratar la CWBD o identificar resistencia natural en algunas variedades de yuca para incorporarlas en nuevas líneas de mejoramiento.

Actualmente, no existe tratamiento para la CWBD. La única forma de erradicarla es recolectar todas las plantas infectadas de un área y quemarlas. Pero como algunos tallos infectados permanecen viables para la siembra —sin mostrar signos externos de infección—, se cree que la transmisión está fuertemente vinculada al comercio de estacas de yuca, el material principal para su propagación.

“La principal preocupación de Embrapa ahora es detener la escoba de bruja antes de que ponga en riesgo la vida y los medios de subsistencia de millones de personas”, dijo Jane Simoni, de la Oficina de Relaciones Internacionales de Embrapa. “Este trabajo tiene que ver con la colaboración Sur-Sur y la lucha contra el hambre y la pobreza. Este problema afecta directamente a las personas más vulnerables en regiones muy pobres de América Latina”.

Las prioridades inmediatas incluyen mapear la distribución y severidad de la CWBD en el noreste de Brasil. Para ello, los científicos deberán implementar un conjunto estandarizado de herramientas moleculares desarrollado inicialmente para el sudeste asiático, que permite la detección en campo de C. theobromae. Investigadores de la Alianza planean desplegar esta tecnología en la región y proveer a la amplia red de expertos de Embrapa con estas herramientas de detección.

Los científicos también quieren mapear la diversidad de la yuca y recolectar urgentemente parientes silvestres y variedades locales —las seleccionadas y cultivadas por agricultores durante generaciones— antes de que se infecten.

Brasil cuenta con grandes colecciones tanto de variedades cultivadas como de especies silvestres. Pero Paulo Melo, de Embrapa, afirmó que deben lanzarse nuevas expediciones de recolección pronto. Como parte de la colaboración, parte del material recolectado se llevará al banco de germoplasma de la Alianza en Colombia, Future Seeds, que cuenta con casi 6.000 accesiones de yuca de 28 países, incluidas 1.557 de Brasil.

Estas accesiones deben mantenerse vivas y replicarse in vitro, una tarea delicada. Las muestras deben transportarse rápidamente a instalaciones adecuadas para asegurar su supervivencia.

Los investigadores de Future Seeds distribuyen diferentes variedades nuevas de yuca cada año, pero desarrollar nuevas variedades lleva tiempo. Análisis anteriores de la Alianza identificaron fuentes de resistencia a la enfermedad de la raya marrón, una gran amenaza en África. La investigación sobre esta enfermedad continúa actualmente.

“Es difícil exagerar la importancia de las colecciones de germoplasma de yuca”, señaló Jonathan Newby, líder del equipo de investigación en yuca de la Alianza. “Constituyen la base genética para el mejoramiento y para encontrar y comprender la resistencia natural a enfermedades. Es fundamental recolectar el material amenazado por la escoba de bruja, evaluarlo y trasladarlo rápidamente a instalaciones de almacenamiento in vitro para investigación”.

De unas 300 variedades de yuca evaluadas, los mejoradores de la Alianza han encontrado múltiples con resistencia a la escoba de bruja en el sudeste asiático. Las muestras en Future Seeds y otros bancos también podrían mostrar algún nivel de resistencia. Aunque el patógeno es nuevo en Sudamérica, es poco probable que muchas plantas presenten resistencia natural, pero los científicos esperan que sí exista alguna.

“Todo esto requiere tiempo y recursos”, dijo Simoni. “No puedes hacer un experimento esta semana y tener resultados la próxima. No funciona así. Estamos trabajando para reunir rápidamente a la mayor cantidad posible de expertos internacionales para enfrentar este desafío. También debemos asegurar que África esté preparada, porque el impacto de la escoba de bruja allí podría ser profundo. Tenemos que actuar ahora. Esta es ciencia para la prevención”.

El trabajo sobre la escoba de bruja se basa en décadas de colaboración entre la Alianza y Embrapa, que recientemente entró en una nueva fase enfocada en fortalecer aún más sus lazos.

“La Alianza y Embrapa esperan hacer contribuciones significativas no solo en la respuesta e investigación sobre el escobillo, sino también en temas de interés mutuo como la seguridad alimentaria, la acción climática y la transformación de los sistemas alimentarios”, afirmó Maya Rajasekharan, directora general de la Alianza para las Américas.

Un hongo “fastidioso”

Los científicos de la Alianza y sus socios están a la vanguardia del preocupante avance de la CWBD en los últimos años. Además de identificar a C. theobromae como su causa en el sudeste asiático (antes se pensaba que era una infección bacteriana o viral), los investigadores lograron cultivar el hongo en condiciones de laboratorio, un hito que tomó dos meses y nunca antes se había logrado. Esto permite entender mejor cómo actúa el hongo, probarlo en condiciones controladas, diseñar posibles tratamientos y desarrollar variedades resistentes.

“Pertenece a una familia llamada ‘hongos fastidiosos, y hace honor a su nombre”, dijo Wilmer Cuéllar, líder del equipo de Protección de Cultivos de la Alianza. “Es difícil de identificar, muy complicado de aislar, y los científicos tardaron décadas en asociarlo con la escoba de bruja”.

Tras secuenciar C. theobromae, el laboratorio de Cuéllar descubrió que ha estado infectando yuca en el sudeste asiático desde al menos los años 2000, y cacao desde los años 60. La enfermedad parece tener ciclos en esa región y suele resurgir tras temporadas de lluvias prolongadas. Actualmente, esa región enfrenta otro brote importante iniciado en 2022, que afecta a al menos media docena de países productores de almidón de yuca, un negocio de miles de millones de dólares clave para pequeños agricultores.

A Cuéllar le preocupa que C. theobromae se comporte de manera distinta en la Amazonía. Las condiciones de humedad son mucho más constantes que en el sudeste asiático, lo que podría crear un ambiente ideal para la propagación del hongo. Aunque aún no se puede predecir con certeza su avance, es probable que la CWBD siga su trayectoria por los países atlánticos del norte de Sudamérica, incluida Colombia, cuyo mayor cultivo de yuca se encuentra en el norte.

“El terreno es completamente distinto en Sudamérica y el hongo probablemente ‘vuele’”, advirtió Cuéllar. “Ya estamos viendo que se propaga rápidamente con síntomas más severos. Es un problema grave”.

 


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