News Release

España debe reducir notablemente las emisiones de óxido de nitrógeno del tráfico rodado y controlar las emisiones industriales para disminuir el ozono troposférico antes de 2030

El informe «Bases científicas para un Plan Nacional de Ozono» puede consultarse en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

Reports and Proceedings

Universitat Jaume I

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The conclusions of the report "Bases científicas para un Plan Nacional de Ozono" [Scientific Bases for a National Ozone Plan], published by the Sub-Directorate General for Pollution Prevention of the Ministry for the Ecological Transition and the Demographic Challenge, indicate that it is essential, before 2030, to achieve objectives such as a 60% reduction in nitrogen oxide (NOx) emissions from road traffic compared to 2019; a 20% decrease in the same emissions from maritime transport; and the frequent monitoring of industrial facilities that account for a high percentage of total ozone precursor emissions.

Tropospheric ozone is found in the lower layers of the atmosphere and can have harmful effects on both human health and ecosystems, especially forests and agricultural yields. It is a secondary pollutant generated through photochemical reactions (in the presence of sunlight) from other primary pollutants, known as “precursors”, which are mainly nitrogen oxides and volatile organic compounds (VOCs). Its main sources include road, maritime, and air traffic, as well as industrial activities.

In the preliminary study that served as the basis for the report, the scientific staff who prepared it stressed that during the period prior to the pandemic there was systematic non-compliance across almost all Spanish regions with the guideline values of the World Health Organisation and the standards of the 2008 European Directive, an issue made even more critical by the publication in 2024 of a new directive with stricter targets. The decline in levels during the pandemic suggests that there is room for action to improve ozone levels in Spain.

The multidisciplinary group in charge of drafting the report consisted of around forty scientists, coordinated by Xavier Querol of the Institute of Environmental Assessment and Water Research (IDAEA-CSIC), and included contributions from research teams at the Universitat Jaume I of Castelló, the Barcelona Supercomputing Center (BSC), the Mediterranean Center for Environmental Studies (CEAM), the University of the Basque Country (UPV/EHU), and the collaboration of the universities of Zaragoza, Huelva and Aveiro (Portugal).

At the UJI, the Environmental and Energy Engineering Applied to Industrial Processes Group (GAIA) of the Agustín Escardino Institute of Ceramic Technology, led by Eliseo Monfort, contributed to campaigns measuring volatile organic compounds (VOCs) and to the analysis of inventories and corrective measures regarding industrial emissions in areas with high ozone concentrations. To ensure that the information collected was realistic, 50 of the 80 largest industrial companies emitting ozone precursors, across eleven industrial sectors located in Madrid, Catalonia, Andalusia, and the Valencian Community, were visited.

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Credit: Universitat Jaume I of Castellón

Las conclusiones del informe «Bases científicas para un Plan Nacional de Ozono» publicado por la Subdirección General de Prevención de la Contaminación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, indican que es fundamental, antes de 2030, alcanzar objetivos como la reducción del 60% de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) del tráfico rodado respecto a 2019; el descenso de un 20% de las mismas emisiones del transporte marítimo y el control frecuente de las instalaciones industriales que concentran un elevado porcentaje de las emisiones totales de precursores de ozono.

El ozono troposférico se encuentra en las capas bajas de la atmósfera y puede tener efectos perjudiciales tanto para la salud humana como los ecosistemas, especialmente en los bosques y en el rendimiento de las explotaciones agrícolas. Es un contaminante secundario que se genera mediante reacciones fotoquímicas (en presencia de luz solar) a partir de otros contaminantes primarios, llamados «precursores», que son principalmente óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. Sus principales fuentes incluyen el tráfico rodado, marítimo y aéreo, así como las actividades industriales.

En el estudio previo que ha servido para la realización del informe, el personal científico que lo ha elaborado resalta que durante el período anterior a la pandemia existía un incumplimiento sistemático en casi todas las comunidades autónomas españolas de los valores guía de la Organización Mundial de la Salud y de los valores de la Directiva Europea de 2008, agravados aún más por la publicación en 2024 de una nueva directiva con objetivos más estrictos. La bajada de los niveles durante la pandemia permite pensar que existe margen de actuación para la mejora de los niveles de ozono en España.

El grupo multidisciplinar encargado de la redacción ha estado integrado por una cuarentena de científicos y científicas, coordinado por Xavier Querol del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), y ha contado con la participación de grupos de la Universitat Jaume I de Castelló, el Barcelona Supercomputing Center (BSC), el Centro de Estudios del Mediterráneo (CEAM), la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la colaboración de las universidades de Zaragoza, Huelva y Aveiro (Portugal).

En la UJI, el Grupo de Ingeniería Ambiental y Energética Aplicada a Procesos Industriales (GAIA) del Instituto de Tecnología Cerámica Agustín Escardino, liderado por Eliseo Monfort, ha contribuido en las campañas de medida de compuestos orgánicos volátiles (COV) y en el análisis de los inventarios y de las medidas correctivas en emisiones industriales de zonas con una alta concentración de ozono. Para asegurarse de que la información recopilada fuera realista se han visitado 50 de las 80 mayores empresas industriales emisoras de precursores de ozono de once sectores industriales ubicadas en Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunitat Valenciana.

De acuerdo con los niveles de ozono y aportaciones locales de precursores, el estudio ha establecido cuatro tipos de cuencas atmosféricas en la geografía española: R1 serían las de niveles más bajos con aportes principalmente externos, e incluye las Islas Canarias, el norte y el noroeste peninsular; R2, que son aquellas que requieren medidas preventivas moderadas por la contribución de áreas vecinas y que incluiría a las Islas Baleares, el Valle del Ebro y las mesetas centrales; R3, en las que se superan los límites normativos y con una generación local importante de precursores de ozono e incluiría a Madrid, norte de Barcelona, Valle del Guadalquivir y Comunitat Valenciana, donde sería fundamental aplicar políticas intensivas de reducción de precursores; y R4, que incluía a Puertollano, caracterizada por una alta producción local de contaminantes y unas condiciones geográficas que limitan la dispersión, por lo que requerirá implementar controles estrictos de emisiones.

PRINCIPALES RECOMENDACIONES

Las medidas más relevantes deben aplicarse prioritariamente en las cuencas R3 y R4 (Comunidad de Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunitat Valenciana y Puertollano), sin perjuicio de que muchas tengan también efectividad en R2 y R1. En general, con algunas variaciones, en los últimos años se ha observado una mejoría impulsada por la adopción creciente de energías renovables que han reducido las emisiones de precursores a nivel nacional. No obstante, en la cuenca de Madrid se ha registrado un aumento sostenido de los niveles de ozono en los últimos 15 años, por lo que se recomienda investigar en mayor profundidad las causas de dicho incremento.

En general se recomienda ampliar al máximo el uso de energías libres de emisiones de precursores de ozono (solar, eólica, hidroeléctrica y nuclear) entre los meses de abril y septiembre para reducir las emisiones de estos precursores en el periodo más crítico.

En el apartado del tráfico rodado, el personal científico considera que es fundamental seguir impulsando la transición tecnológica en el sector del transporte: renovación de la flota, electrificación o descenso de la actividad (reduciendo el número de vehículos), a lo que pueden contribuir las administraciones públicas, por ejemplo, mediante licitaciones de compra de vehículos de bajas emisiones.

Respecto al tráfico marítimo se plantea que se promueva la designación del mar Mediterráneo como una Zona de Control de Emisiones NECA (Área de Control de Emisiones de Nitrógeno) porque, en opinión del equipo científico, podría contribuir de manera significativa a disminuir las concentraciones de ozono en las zonas mediterráneas.

Los datos sobre distribución de emisiones por instalaciones industriales indican que existe una elevada concentración de emisiones de precursores de ozono en un número relativamente reducido de instalaciones, por ello se recomienda priorizar las medidas de control en estas instalaciones para lograr reducciones significativas. Por otra parte, se debe promover la monitorización en continuo de las emisiones, para que se puedan mejorar los sistemas de gestión y vigilancia, así como los modelos predictivos, y poder activar protocolos ante episodios con elevados niveles de contaminación.

En cuanto a las emisiones de compuestos orgánicos volátiles, además de las medidas aplicables a tráfico e industria, se recomienda, entre otras, controlar algunos solventes en el uso doméstico, en pinturas y en construcción, así como también introducir protocolos adecuados en la quema de biomasa y residuos agrícolas, en la gestión de residuos ganaderos y en las estaciones de suministro de combustibles.


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