image: Omar Defeo, a professor at UdelaR, gives a lecture during the Oceanography session at FAPESP Day Uruguay
Credit: Karina Toledo/Agência FAPESP
En todo el planeta, las playas están atravesando un proceso de “aplastamiento” causado por la combinación de dos factores: el aumento del nivel del mar derivado de las mudanzas climáticas y el avance de la urbanización en las áreas costeras. Además de afectar profundamente la biodiversidad que vive en las arenas, el fenómeno puede perjudicar actividades como la pesca y el turismo, y volver más susceptibles al avance del mar a las ciudades litorales.
La alerta fue presentada durante el simposio FAPESP Day Uruguay –que comenzó el 13 de noviembre en la ciudad de Montevideo– por el científico marino uruguayo Omar Defeo, profesor de la Universidad de la República (UdelaR).
“Casi la mitad de las playas va a desaparecer hacia el fin del siglo. Nosotros, de Uruguay, Brasil y Argentina, compartimos estos recursos. Por lo tanto, debemos trabajar en colaboración con los científicos brasileños en la gestión y conservación de los ecosistemas costeros”, afirmó Defeo en su presentación.
Como explicó el investigador, el ecosistema costero puede dividirse en tres zonas: la duna (posplaya), que es el área por encima de la línea de la marea alta donde la arena se acumula por acción del viento formando montículos o “montañas de arena”; la playa (frente de playa), franja de arena que queda expuesta durante la marea baja y sumergida durante la marea alta; y la parte sumergida (anteplaya), que se extiende desde el límite inferior de la marea baja hasta la zona donde las olas comienzan a romper.
“Estas zonas forman un ecosistema costero interconectado y esencial para el equilibrio ambiental. ¿Cómo están interconectadas? El viento lleva la arena del área seca hacia la zona de rompiente [parte sumergida]. Y las olas, al avanzar, traen los sedimentos de vuelta a la playa. Ese movimiento bidireccional genera un intercambio constante en el que una zona alimenta a la otra. Cuando llega una tormenta, la duna actúa como buffer [amortiguador]. Entonces, cuando la urbanización elimina la duna, el resultado puede ser la destrucción de las casas frente al mar”, explicó el científico.
En un estudio realizado en colaboración con investigadores brasileños apoyados por la FAPESP (17/17071-9, 18/22036-0, 18/05099-9 y 18/19776-2, el grupo de Defeo demostró que, cuando una de estas tres zonas costeras se ve comprometida por la urbanización, los efectos son nocivos para todo el ecosistema. El trabajo, liderado por el investigador brasileño Guilherme Corte, analizó la biodiversidad en 90 sitios a lo largo de 30 playas del litoral norte del estado de São Paulo, Brasil.
Los resultados, divulgados en la revista Marine Pollution Bulletin, muestran que el número de bañistas es la variable de urbanización más impactante y se correlaciona negativamente con la riqueza de especies y la biomasa, especialmente en las zonas sumergidas. La presencia de edificios sobre la arena y las actividades de limpieza mecánica también reducen la biomasa y la riqueza de especies. Curiosamente, la abundancia (número de individuos) fue mayor en sitios próximos a centros urbanos. Según los autores, esto se debe al aumento de especies oportunistas (como poliquetos) que se benefician del aporte de materia orgánica asociado a la actividad humana.
“Sobre todo, el estudio demostró que los impactos humanos no se restringen al lugar donde ocurren [en la arena seca]. Factores estresores como construcciones y alto número de visitantes en la parte superior de la playa afectan negativamente la biodiversidad en las zonas inferiores y sumergidas”, destacó.
Otro estudio desarrollado por Defeo en colaboración con científicos brasileños, divulgado en la revista Frontiers in Marine Science, mostró que una quinta parte de las 315 playas analizadas alrededor del mundo presenta tasas de erosión intensas, extremas o severas. El grupo analizó los diversos factores detrás del fenómeno, entre ellos el aumento del nivel del mar, el patrón de viento y de olas. “Observamos que las actividades humanas tienen un papel significativo, particularmente en las playas reflectivas [con gran inclinación, que hace que las olas disipen su energía de forma abrupta en la orilla; también conocidas como playas abruptas o playas de talud pronunciado] e intermedias [que presentan características tanto de playas abruptas como de playas calmas o disipativas]”, señaló.
La presentación de Defeo tuvo lugar durante la primera sesión científica del simposio, dedicada a las ciencias oceanográficas. También participaron los investigadores Marcelo Dottori, de la Universidad de São Paulo (USP), quien moderó la mesa; Cristiana Seixas, de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp); y Natália Venturini, de la UdelaR.
La ceremonia de apertura del evento contó con la presencia de Alvaro Brunini, presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) del Uruguay; Marcio de Castro, director científico de la FAPESP; Raul Machado, gerente de la Asesoría de Relaciones Institucionales de la Fundación y coordinador del simposio; y del embajador de Brasil en Uruguay, Marcos Leal Raposo Lopes.
Más información sobre el simposio FAPESP Day Uruguay en: fapesp.br/week/2025/uruguay.