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Obesidad e inflamación pueden acelerar el envejecimiento de los pulmones y aumentar el riesgo de EPOC

Un estudio con casi 900 adultos indica que, aunque el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo para la pérdida de la función pulmonar, la inflamación sistémica y la obesidad también aumentan el riesgo de desarrollar la EPOC

Peer-Reviewed Publication

Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo

Un estudio brasileño con casi 900 participantes, todos menores de 40 años, refuerza la idea de que el envejecimiento precoz de los pulmones no está vinculado únicamente al tabaquismo, sino también a factores como la obesidad y la inflamación sistémica. Ambas condiciones pueden, incluso, asociarse a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Conocida como la “enfermedad del fumador”, la EPOC es una afección irreversible, caracterizada por inflamación y engrosamiento de las vías respiratorias, que provoca falta de aire, dificultad respiratoria y otras limitaciones progresivas. Aunque el cigarrillo sigue siendo el principal factor de riesgo, el estudio infiere que tanto la obesidad como la inflamación sistémica pueden, por sí solas, conducir al deterioro pulmonar.

De acuerdo con los resultados del estudio, el tabaquismo es el factor de mayor impacto, asociado a una reducción media del 1,95 % de la función pulmonar a lo largo de los 12 años analizados. En cuanto a la inflamación sistémica, medida por el nivel de proteína C-reactiva (PCR) en la sangre, cada aumento de 1 mg/dL del marcador inflamatorio correspondió a un descenso del 0,76 % de la función pulmonar. En los casos de obesidad, cada incremento de 1 kg/m² en el índice de masa corporal (IMC) resultó en una pérdida adicional del 0,28 % de la función pulmonar.

Publicado en la revista BMC Pulmonary Medicine y con apoyo de la FAPESP, el estudio contribuye a una comprensión más amplia de los distintos caminos que pueden conducir a la pérdida de la función pulmonar.

En el trabajo, los investigadores incluyeron a 895 participantes de la “Cohorte de Nacimientos de Ribeirão Preto”, que acompaña a individuos nacidos entre 1978 y 1979. La función pulmonar de los participantes se midió en dos momentos: entre los 23 y 25 años y, posteriormente, entre los 37 y 38 años.

“Los hallazgos refuerzan lo que estudios previos realizados con cohortes más pequeñas ya venían mostrando: además de los efectos del cigarrillo, los procesos metabólicos e inflamatorios sistémicos pueden desempeñar un papel importante en el deterioro de la función pulmonar, incluso en individuos más jóvenes y sin enfermedades respiratorias diagnosticadas”, afirma Elcio Oliveira Vianna, profesor de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP) y coordinador del estudio.

Vianna explica que, según el estudio, la inflamación sistémica originada en otros órganos o partes del cuerpo, como la inflamación de los adipocitos en casos de obesidad, puede interferir en los pulmones. “La inflamación sistémica de bajo grado, ya conocida por aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, también alcanza y daña los pulmones. Este bombardeo inflamatorio constante, aunque sea sutil, como en el caso de la obesidad, contribuye al daño del tejido pulmonar a lo largo del tiempo y puede desencadenar un envejecimiento pulmonar precoz”, explica Vianna.

EPOC, una enfermedad multifactorial

Aunque los participantes de la cohorte tenían menos de 40 años cuando fueron evaluados y, por lo tanto, se encontraban fuera del rango etario típico para el diagnóstico de EPOC, los investigadores observaron signos precoces de la enfermedad. Esto permitió inferir que tanto la obesidad como la inflamación sistémica aumentan el riesgo de desarrollar EPOC en el futuro.

“La inflamación sistémica tiene un impacto directo en la función pulmonar y logramos demostrarlo en este estudio poblacional. Como todos los participantes eran jóvenes, fue posible identificar indicios de la enfermedad incluso antes de su diagnóstico clínico”, afirma Vianna.

No obstante, el investigador subraya que asociar la EPOC con la obesidad no es algo habitual. “Entre las consecuencias de la EPOC se encuentran la pérdida de apetito y el elevado gasto calórico [pérdida de grasa y masa magra] debido al esfuerzo requerido para respirar. Por lo tanto, como el paciente con EPOC suele ser delgado, no es común asociar la enfermedad con la obesidad. Por eso fue importante que nuestro estudio lograra demostrar que la obesidad, al igual que otras inflamaciones sistémicas, puede desencadenar la enfermedad”, explica.

Para Ana Carolina Cunha, médica neumóloga y primera autora del estudio, los resultados ayudan a ampliar la comprensión sobre la complejidad de la EPOC. “La enfermedad es multifactorial y mucho más compleja de lo que se pensaba. Además de la inflamación causada por el cigarrillo, puede existir un proceso inflamatorio sistémico propio del individuo. Estudios previos ya señalaban esta asociación. Hoy sabemos que los pacientes con EPOC presentan inflamación crónica, lo que plantea la hipótesis de que este proceso pueda ser un factor común entre diferentes manifestaciones de la enfermedad, especialmente en personas con predisposición genética o metabólica”.

El artículo Longitudinal study of the influence of obesity, C-reactive protein, and smoking on FEV1 decline in young adulthood puede leerse en: bmcpulmmed.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12890-025-03913-5.


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