Los autores informan que un cáncer transmisible emergente que una vez amenazó a los demonios de Tasmania con la extinción parece estar pasando a un estado de endemismo. Los hallazgos del estudio, que utilizó un enfoque filodinámico epidemiológico para revelar el patrón de aparición y propagación de la enfermedad, brindan esperanzas para la persistencia continuada de esta icónica especie. Descubierta por primera vez en 1996, la enfermedad de tumores faciales del demonio de Tasmania (EFDT) -una forma mortal y transmisible de cáncer facial- se encuentra en el 95 % del rango geográfico del animal y se estima que es responsable de una disminución de la población de toda la especie del 80 %. Las enfermedades infecciosas emergentes como la EFDT se encuentran entre las principales factores de peligro para las especies y han causado extinciones de especies. Recientemente, la filodinámica se ha convertido en una importante herramienta para caracterizar los parámetros epidemiológicos de patógenos emergentes de rápida evolución y ha adquirido gran relevancia en su aplicación para comprender nuevos virus humanos, incluido el SARS-Cov-2. Sin embargo, su aplicación a patógenos no virales se ha visto limitada por los desafíos asociados con el mayor tamaño de sus genomas. La EFDT, por ejemplo, tiene un genoma miles de veces mayor que el de cualquier virus. A pesar de las predicciones iniciales de que la EFDT conduciría a la extinción de la especie, las poblaciones de demonios de Tasmania persisten -e incluso podrían estar recuperándose- en áreas enfermas desde hace mucho tiempo. Para comprender mejor esta discrepancia, Austin Patton y sus colegas aplicaron la filodinámica para caracterizar la historia epidemiológica de la EFDT. Patton et al. descubrieron que la EFDT se está volviendo endémica en los demonios de Tasmania y está mostrando un patrón de disminución de la tasa de transmisión. Los hallazgos sugieren que, si se deja evolucionar de forma natural, la EFDT puede extinguirse o incluso coexistir en poblaciones de demonios. Los autores afirman que, en cualquier caso, la extinción del diablo es poco probable. Además, el estudio demuestra que los estudios filodinámicos no necesitan limitarse a virus y pueden aplicarse a una amplia gama de otros patógenos emergentes en todas las especies.
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