Un nuevo estudio revela que los primeros vertebrados de la Tierra se originaron y se diversificaron en las lagunas de aguas poco profundas que bordeaban las costas en el Paleozoico medio. Sus resultados ayudan a llenar un vacío en la comprensión de la diversificación temprana de vertebrados. Si bien se sabe mucho sobre cómo y cuándo evolucionaron los vertebrados, los antiguos hábitats en los que vivieron por primera vez hasta ahora habían sido un asunto en gran medida inexplorado. Mucho de lo que se sabe sobre la diversificación de especies en el océano proviene en gran parte de los invertebrados, mientras que el hogar original de los vertebrados es asunto de debate. Las opiniones sobre la materia abarcan desde áreas de agua dulce hasta el océano abierto, y a menudo se basan en especies evolutivamente distantes o en pequeñas muestras de fósiles seleccionados. Sin embargo, debido a la falta de fósiles de vertebrados tempranos y de datos sobre antiguos hábitos, ha sido difícil determinar el contexto ambiental de la evolución temprana de los vertebrados, a pesar de su importancia fundamental para entender su diversificación temprana. Para abordar esta cuestión, Lauren Sallan y sus colegas analizaron vertebrados fósiles que abarcan el Paleozoico medio (entre hace 480 y 360 millones de años), así como los marcadores ambientales que indican sus antiguos hábitats. Según Sallan et al., los resultados sugieren que todos los grupos principales de vertebrados tempranos, incluidos los peces con y sin mandíbula, se originaron y diversificaron en entornos intermareales y submareales cerca de la costa, a lo largo de un período de 100 millones de años. A medida que estas poblaciones cercanas a la costa se diversificaban, las adaptaciones en los patrones corporales les permitieron extenderse a otros entornos. Según sugieren los autores, las criaturas más fuertes permanecieron en los hábitats cercanos a la costa o al agua dulce, mientras que las de cuerpos más gráciles colonizaron las aguas más profundas para evitar el aumento de la competencia, a medida que los hábitats someros y confinados cercanos a la costa se llenaron de vida. En un estudio de Perspective relacionado, Catalina Pimiento subraya el papel de los entornos costeros como cuna constante para la diversificación de especies, incluso hoy en día. "El trabajo de Sallan et al. nos muestra que, sin hábitats de aguas poco profundas, los vertebrados como nosotros probablemente no habrían evolucionado. Lo preocupante es que son precisamente estos ecosistemas los que más se han visto alterados por la actividad humana", escribe Pimiento.
###
Journal
Science