News Release

La contaminación acústica generada por los humanos domina el paisaje sonoro del océano

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

Los paisajes sonoros de los océanos del Antropoceno son muy diferentes de los de la época preindustrial, y se están convirtiendo cada vez más en una cacofonía estridente a medida que el ruido de la actividad humana se vuelve más fuerte y prevalente. En un artículo de Review, Carlos Duarte y sus colegas muestran cómo el rápido cambio del paisaje sonoro de los océanos modernos afecta a la vida marina en todo el mundo. Según los autores, mitigar estos impactos es clave para lograr un océano más saludable. Desde los cantos de los cetáceos hasta la rotura del hielo marino ártico, el coro natural de los océanos del mundo es ejecutado por un vasto conjunto de sonidos geológicos (geofonía) y biológicos (biofonía). Sin embargo, durante más de un siglo los sonidos de las actividades humanas en alta mar, como la pesca, el transporte marítimo y las infraestructuras, se han sumado cada vez más a esta mezcla, haciendo que los océanos modernos sean mucho más ruidosos que nunca. Pero no se trata solo de la incorporación de nuevos ruidos: las actividades humanas también han hecho que algunas áreas del océano sean más tranquilas. Por ejemplo, el deterioro de hábitats como los arrecifes de coral y la caza de grandes mamíferos marinos --entre ellos las muy vocales ballenas-- han causado una abrupta disminución de la abundancia de animales que producen sonidos. Además, la pérdida de hielo marino debido al rápido calentamiento de nuestro clima ha alterado drásticamente la acústica natural de los entornos marinos del Ártico. Al evaluar más de 40 años de investigación publicada, Duarte et al. encuentran que el ruido antropogénico, o "antropofonía" --un tercer componente junto con la biofonía y la geofonía-- está afectando negativamente a los animales marinos, alterando su conducta, su fisiología y, en algunos casos, su capacidad general de supervivencia. Sin embargo, a diferencia de muchos otros factores de estrés antropogénico en los ecosistemas marinos, los autores argumentan que los efectos nocivos de la contaminación acústica podrían disminuir rápidamente mediante la mitigación y regulación de las fuentes de ruido marino. "Los cambiantes paisajes sonoros del océano se han convertido en el 'elefante en la habitación' olvidado del cambio oceánico global", escriben Duarte et al. "En una era en la que las sociedades se orientan cada vez más a la 'economía azul' como fuente de recursos y riqueza, es esencial que los paisajes sonoros del océano se gestionen de forma responsable para garantizar el uso sostenible de los océanos".

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