News Release

El plasma sanguíneo transmite los restauradores efectos de la actividad física a cerebros de ratones sedentarios envejecidos

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

Los beneficios neurológicos del ejercicio físico se transfieren a través de los factores sanguíneos circulantes, según un nuevo estudio que revela que los ratones envejecidos y sedentarios que recibieron transfusiones de plasma de ratones que realizaban ejercicio con regularidad obtuvieron los efectos regeneradores en el cerebro sin tener que correr en la rueda por sí mismos. Los resultados pueden ayudar a identificar nuevos enfoques terapéuticos para el envejecimiento cerebral saludable. La investigación ha demostrado que el ejercicio transmite una amplia variedad de beneficios para la salud tanto en modelos animales como humanos, incluidos los efectos sobre la función regenerativa y cognitiva de los cerebros durante su envejecimiento. Como tal, el ejercicio se considera útil para promover un envejecimiento saludable y mitigar las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad. Sin embargo, en algunas personas de edad avanzada la fragilidad física o la mala salud interfieren en su capacidad para hacer ejercicio, lo que apunta a la necesidad de enfoques accesibles que produzcan beneficios terapéuticos similares al ejercicio. Alana Horowitz y sus colegas evaluaron si los factores sanguíneos circulantes inducidos por el ejercicio podrían transferir los efectos restauradores del ejercicio de un ratón a otro. Horowitz et al. transfirieron plasma de ratones adultos (6-7 meses) y ancianos (18 meses) que realizaban ejercicio regularmente a ratones envejecidos principalmente sedentarios. Independientemente de su edad, el plasma de los ratones que realizaban ejercicio resultó en una función mejorada en el envejecido hipocampo de los ratones sedentarios. Horowitz et al. identificaron GPLD1, una proteína abundante en el hígado e inducida en el plasma de los ratones que realizaron ejercicio, como factor sanguíneo potencialmente responsable de mediar este efecto. Además, los autores revelan que GPLD1 también aumenta en el plasma de humanos ancianos físicamente activos. "La capacidad de transferir los beneficios funcionales del ejercicio a través del plasma aumenta el interés actual en el rejuvenecimiento con plasma como intervención para retrasar o revertir los aspectos del proceso de envejecimiento. Sin embargo, las preocupaciones éticas y de seguridad inherentes al aprovisionamiento y el acceso al plasma aún no se han abordado", escriben Victor Ansere y Willard Freeman en un artículo de Perspective relacionado.

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