Según informan los investigadores, el calor interno a través de la termogénesis del músculo esquelético permite que las nutrias marinas -los mamíferos marinos más pequeños- sobrevivan en sus fríos hábitats marinos. El estudio proporciona información sobre cómo estas diminutas criaturas mantienen una temperatura corporal normal para los mamíferos a pesar de pasar sus vidas sumergidas en las frías aguas del Océano Pacífico Norte. Muchos animales marinos que viven en entornos de agua fría son grandes y a menudo están envueltos en una capa aislante gruesa de grasa subcutánea para mantener normal su temperatura corporal central. Por su parte, las nutrias marinas carecen tanto del tamaño como de la grasa y, si bien su denso pelaje ofrece cierto aislamiento, por sí solo no puede compensar la pérdida de calor en las frías aguas circundantes. Para hacerlo, las nutrias marinas presentan una tasa metabólica basal (TMB) aproximadamente tres veces mayor de la que cabría esperar para un mamífero de su tamaño. Sin embargo, se desconoce la fuente a nivel tisular de este hipermetabolismo. Dado que el músculo esquelético es un determinante importante del metabolismo de todo el cuerpo, Traver Wright y sus colegas caracterizaron la capacidad respiratoria y la fuga termogénica en el músculo de la nutria marina de poblaciones silvestres, varadas y criadas en cautiverio de nutrias marinas del norte y del sur. Wright et al. encontraron que estas nutrias mantienen su calor interno de forma eficaz a través de una fuga mitocondrial termogénica desde el músculo esquelético y que este proceso podría explicar el hipermetabolismo observado. Además, los autores indican que esta capacidad termogénica muscular se desarrolla en los recién nacidos y alcanza niveles adultos antes de que madure la función mecánica de los músculos, proporcionando calor interno desde el nacimiento.
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