Un reciente estudio revela que, después del tsunami del este de Japón en 2011, se han registrado más de 270 especies costeras marinas que han cruzado el Pacífico a caballo sobre restos artificiales. Además, la mayoría de restos consistían en materiales producidos por el hombre que tienden a ser no biodegradables, lo que pone de relieve una forma clave en la que los seres humanos están contribuyendo a la supervivencia transoceánica y a la propagación de especies costeras. El 11 de marzo de 2011, un megaterremoto submarino golpeó Japón, provocando un tsunami de más de 38 metros de altura. El daño costero produjo millones de objetos, desde pequeños fragmentos de plástico hasta buques pesqueros y grandes muelles, que fueron transportados al océano Pacífico. James T. Carlton y sus colegas han evaluado la diversidad de comunidades animales en más de 600 piezas de restos del tsunami que cruzaron el océano Pacífico, alcanzando lugares como Hawái y la costa oeste de los Estados Unidos. Se han documentado 289 invertebrados vivos y especies de peces procedentes de Japón, incluidos macroinvertebrados (235 taxones), peces (2 taxones), microinvertebrados (33 taxones) y protistas (19 taxones). Sin embargo, dado que muchas especies fueron registradas en una misma pieza, los autores estiman que el número real de especies que han cruzado a dedo el Pacífico es mucho más alto. Los investigadores señalan que los restos artificiales y naturales son muy diferentes, al consistir estos últimos en materiales de corta duración, disolubles o descomponibles, como la vegetación biodegradable, que rara vez sobreviven a un viaje a través de océanos enteros. Cabe destacar que los dos últimos grandes terremotos que azotaron Japón ocurrieron antes de que gran parte del material observado en el tsunami de 2011 estuviera siendo ampliamente fabricado y utilizado por los humanos. Steven L. Chown discute este evento de autostop "sin precedentes" en un artículo de Perspective relacionado.
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