video: Drs. Rothstein and Cherukuri discuss the importance of a predictive biomarker in kidney transplantation and review their findings. This material relates to a paper that appeared in the Feb. 24, 2021, issue of Science Translational Medicine, published by AAAS. The paper, by A. Cherukuri at University of Pittsburgh in Pittsburgh, PA; and colleagues was titled, "Transitional B cell cytokines predict renal allograft outcomes." view more
Credit: David Rothstein and Aravind Cherukuri
Los científicos han descubierto que comparar la proporción de dos moléculas inmunes ayudó a predecir la probabilidad de rechazo del trasplante en 339 pacientes que recibieron trasplantes de riñón, el único tratamiento curativo para la insuficiencia renal en etapa tardía. Sus resultados sugieren que monitorizar esta proporción podría ayudar a distinguir a los pacientes de alto riesgo desde el principio, antes de que el rechazo de órganos a largo plazo sea inevitable, lo que permitiría a los médicos intervenir en consecuencia con nuevos tratamientos. Los trasplantes de riñón a menudo suponen beneficios inmediatos para los pacientes con enfermedad renal en etapa terminal, pero los resultados a largo plazo son variables, dado que el 35 % de los receptores de trasplantes pierden su nuevo riñón en un plazo de 10 años. Los investigadores teorizan que este rechazo a largo plazo es el resultado de una acumulación lenta e insidiosa de daños producidos por el sistema inmunológico sobre el riñón trasplantado, que a menudo no es detectable hasta que se vuelve irreversible. Aravind Cherukuri y sus colegas investigaron si podría haber formas de identificar a los pacientes de alto riesgo durante los primeros meses tras el trasplante, cuando el daño a largo plazo aún se puede tratar. Estudiaron biopsias de riñón de 244 pacientes que recibieron trasplantes de riñón y centraron su atención en IL-10 y TNFα, dos moléculas inmunes secretadas por las células B. El análisis reveló que los pacientes con una proporción baja de IL-10 respecto de TNFα tres meses después del trasplante tenían hasta un 74 % de riesgo de rechazo posterior durante el primer año, mientras que los pacientes con proporciones altas mostraron solo un 5 % de probabilidad de rechazo temprano o tardío. El equipo observó patrones similares en un segundo grupo de 95 pacientes y encontró que los injertos en pacientes de alto riesgo tenían tasas de supervivencia a cinco años más bajas en comparación con los injertos en pacientes de bajo riesgo. Curiosamente, Cherukuri et al. encontraron que el tratamiento de células B aisladas con anticuerpos contra TNFα restauró la proporción IL-10/TNFα a niveles normales, lo que sugiere que esta estrategia puede ayudar a reducir los rechazos a largo plazo si se administra temprano a pacientes de alto riesgo.
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Journal
Science Translational Medicine