Utilizando datos de tránsito y velocidad radial, los investigadores han descubierto Gliese 486 b, una supertierra extrasolar que orbita alrededor de la enana roja cercana Gliese 486. A tan solo 8,1 pársecs de la Tierra, Gliese 486 b es el tercer exoplaneta en tránsito más cercano conocido, y el más cercano que transita una estrella enana roja con masa medida. Esto lo convierte en un candidato ideal para buscar una atmósfera y estudiar su habitabilidad, de acuerdo con los autores del estudio. "Gliese 486 b no es lo suficientemente caliente para ser un mundo de lava", escriben Trifonov y sus colegas, "pero su temperatura de alrededor de 700 Kelvin lo hace adecuado para la espectroscopía de emisión y estudios de curva de fase en busca de una atmósfera". La mayoría de los exoplanetas se descubren utilizando uno entre dos métodos indirectos: la fotometría de tránsito, que busca ligeras variaciones en el brillo de una estrella cuando un planeta pasa frente a ella, o la velocidad radial Doppler (RV), que mide el "tambaleo" de las estrellas debido a la atracción gravitacional de los planetas en órbita. Si bien ambos métodos se ha utilizado para descubrir numerosos mundos extrasolares, por separado solo ofrecen información limitada acerca de las propiedades físicas de un planeta. Sin embargo, en los raros casos en los que se puede detectar un exoplaneta utilizando ambas técnicas, se pueden aprender muchas cosas, incluidas su masa, radio y densidad. Aplicando ambos métodos, Trifonov y sus colegas presentan la detección del planeta Gliese 486 b. Gliese 486 b es un planeta terrestre con un período orbital de 1467 días alrededor de la estrella Gliese 486, una enana roja cercana a unos 26 años luz de distancia. Según los autores, este planeta rocoso caliente es algo mayor que la Tierra (aproximadamente 1,3 veces el radio de la Tierra) pero tiene más del doble de masa (en el orden de 2,81 masas terrestres). Gliese 486 b también presenta una densidad similar a la de la Tierra, lo que sugiere una composición de silicatos y hierro similar a la de nuestro planeta de origen. Además, el planeta tiene una temperatura de equilibrio de aproximadamente 700 Kelvin, apenas un poco más fría que Venus y adecuada para espectroscopía de transmisión y emisión. Combinando lo anterior con su proximidad y el hecho de ser brillante y muy visible utilizando telescopios desde cualquier lugar de la Tierra, los estudios futuros podrían ofrecer información valiosa sobre las propiedades atmosféricas y la habitabilidad de este distante planeta.
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