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Antiguas cicatrices en Plutón y Caronte revelan una escasez de pequeños objetos en el cinturón de Kuiper

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

Al trazar un mapa de las cicatrices de los antiguos impactos sobre las superficies de los cuerpos orbitales más distantes del Sol, los investigadores logran una mejor comprensión de la formación y evolución del cinturón de Kuiper, un gran halo de materiales en órbita que se encuentran en los márgenes de nuestro sistema solar. Según el nuevo estudio, los cráteres de 4000 millones de años fotografiados por la sonda New Horizons registran la distribución por tamaño de objetos del cinturón de Kuiper (OCK) demasiado pequeños para ser observados desde la Tierra, aunque esenciales para limitar los modelos de acreción planetaria en la distante región más allá de Neptuno. Si bien el cinturón de Kuiper alberga varios objetos grandes, planetas enanos como Plutón, se sabe poco sobre la distribución de los objetos del cinturón de Kuiper (OCK) de tamaño inferior a 100 kilómetros, que constituyen restos de la formación del sistema solar. Las observaciones telescópicas de OCK de pequeño tamaño desde la Tierra son difíciles y son pocos los que se han identificado de manera fiable. Sin embargo, durante miles de millones de años, Plutón y su satélite, Caronte, han ido acumulando cráteres creados por las colisiones con OCK de menor tamaño. Según los autores, las marcas de sus superficies podrían facilitar registros útiles para caracterizar la distribución del tamaño de los objetos en el seno del cinturón de Kuiper. Utilizando imágenes detalladas procedentes del sobrevuelo de la sonda New Horizons en 2015, Kelsi Singer y sus colegas mapearon los cráteres de Plutón y Caronte para determinar las dimensiones de los OCK que impactaron. Teniendo en cuenta los procesos geológicos recientes, que pueden borrar los cráteres de los impactos más antiguos, Singer et al. identificaron algunas superficies en Plutón y Caronte con cráteres de al menos 4000 millones de años y revelaron la ausencia de cráteres de tamaño inferior a 13 km de diámetro. Estos hallazgos no son compatibles con una población de objetos en el equilibrio de colisión tradicional y, según los autores, pueden indicar la naturaleza primordial del cinturón de Kuiper, una reliquia menos evolucionada en cuanto a la colisión procedente de los primeros días del sistema solar.

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