Según un nuevo estudio, los incendios forestales australianos inyectaron grandes cantidades de humo en la estratosfera, lo que resultó en niveles récord de aerosoles atmosféricos en 2020 en el hemisferio sur. Según los hallazgos, el impacto atmosférico del aerosol fue comparable al de una erupción volcánica moderada y provocó un marcado enfriamiento en las regiones oceánicas sin nubes. Si bien la vida útil de los aerosoles en la atmósfera inferior puede oscilar entre minutos y semanas, los que llegan a la estratosfera pueden persistir durante meses o incluso años y tener un impacto considerable en el balance radiativo de la Tierra. Este efecto se observa de manera más llamativa tras erupciones volcánicas explosivas, que arrojan aerosoles a la atmósfera superior. Actualmente, la quema de biomasa se considera por lo general una de las principales fuentes de aerosoles atmosféricos. Durante los primeros meses de 2020 se observaron niveles récord de profundidad óptica de aerosoles (aerosol optical depth, AOD) -una métrica común utilizada para estimar la carga de aerosoles en la atmósfera y calcular sus efectos radiativos- en el hemisferio sur, excediendo los promedios mensuales para gran parte de la región en más de tres desviaciones estándar. Los niveles de 2020 eclipsaron incluso a los medidos después de la erupción del monte Pinatubo, la segunda mayor erupción del siglo XX. Eitan Hirsch e Ilan Koren atribuyen esta anómala AOD a los incendios particularmente intensos y generalizados en el sureste de Australia durante la temporada de incendios forestales de Australia de 2019 a 2020. Utilizando una combinación de datos de dos misiones satelitales, Hirsch y Koren desarrollaron una serie temporal de mediciones de AOD de 1981 a 2020 y evaluaron el destino y los efectos del humo de los incendios forestales en Australia. Según los hallazgos, los niveles récord de humo de incendios forestales en la estratosfera fueron posibles gracias a una combinación de la intensidad de los incendios, debido también a su ubicación en una latitud con una tropopausa poco profunda y dentro del cinturón ciclónico de latitud media, donde la convección energética elevó el humo a la estratosfera y lo esparció uniformemente por todo el hemisferio.
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