En este artículo de Perspective, Frank Aarestrup y Mark Woolhouse abogan por el establecimiento inmediato de un sistema global de vigilancia de resistencia a los antimicrobianos basado en la secuencia metagenómica de las aguas residuales humanas. La mayoría de los enfoques actuales de vigilancia de resistencia a los antimicrobianos (RAM) se centran en pacientes hospitalizados en entornos clínicos. Según los autores, es probable que estos enfoques conduzcan a interpretaciones sesgadas y a una subestimación de la propagación de la RAM en humanos sanos o para la gran mayoría de tratamientos antimicrobianos de uso común. Los autores afirman que las aguas residuales sin procesar podrían ofrecer una herramienta potencialmente potente como complemento de la vigilancia clínica de RAM. Combina de forma anónima material procedente de una población grande y diversa, algo que no sería factible controlar por otros medios. Ya se ha utilizado para evaluar el uso de drogas ilegales, productos farmacéuticos, alcohol, nicotina y cafeína, así como para controlar la poliomielitis. Además, estudios metagenómicos recientes han demostrado la capacidad de describir el perfil completo de los genes de la RAM en poblaciones humanas mediante la medición de aguas residuales. De acuerdo con Aarestrup y Woolhouse, la vigilancia de RAM en aguas residuales sería una valiosa incorporación a los esfuerzos actuales para combatir la RAM en todo el mundo. Los autores sugieren que dicho sistema podría resultar igualmente útil para identificar y rastrear otros importantes problemas de salud pública, incluidos los nuevos y emergentes patógenos intestinales, así como los transmitidos por los alimentos. Los autores estiman que un sistema eficaz de vigilancia continua podría establecerse a nivel mundial por menos de 1 millón de dólares estadounidenses al año, un coste anual muy inferior al de los enfoques convencionales.
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