Los niños que viven en favelas de Brasil o en East Lubbock, en Texas, Estados Unidos, se encuentran inmersos en una realidad común: muchos de ellos viven en condiciones de extrema pobreza, son testigos usuales de violencia y pueden ser víctimas de maltratos verbales, físicos, emocionales e incluso sexuales.
La exposición constante y durante un largo lapso de tiempo a estos eventos traumáticos extremos -caracterizados como episodios de estrés tóxico-, sin el apoyo adecuado de adultos, puede levarlos a desarrollar comportamientos negativos tales como agresiones, ansiedad y depresión, según señalan expertos del área.
Un grupo de investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), en colaboración con colegas de la Texas Tech University (TTU), de Estados Unidos, lleva adelante un estudio cuyo objetivo consiste en evaluar la incidencia y los efectos del estrés tóxico sobre el desarrollo neurológico, cognoscitivo y socioemocional de niños y adolescentes de Brasil y de Estados Unidos.
El objetivo consiste en identificar inicialmente los factores crónicos y considerados tóxicos, tales como pobreza, maltratos, conflictos familiares y uso de drogas, que pueden ser comunes en ambos países, según le explica Andrea Parolin Jackowski, docente de la Unifesp y coordinadora del proyecto por el lado brasileño.
"Hemos detectado que es común en las dos regiones la alta prevalencia de maltrato infantil", adelantó la investigadora.
En octubre, los investigadores de la TTU pasaron una semana en la ciudad São Paulo para conocer los lugares acompañados por colaboradores brasileños -sitios como la zona conocida como la cracolandia, en el centro de la metrópolis- y verificar in situ la realidad en que viven los niños en estudio, y evaluar de que manera sus experiencias pueden aplicarse en todo el mundo, ya que no varían mucho de un lugar a otro.
Algunos resultados preliminares de este estudio indican que, pese a las diferencias culturales, no existen demasiadas distinciones en cómo reaccionan los niños ante el estrés tóxico en diversas partes del mundo. Niños que viven en extrema pobreza en East Lubbock, Texas, o en el centro-sur de Los Ángeles, por ejemplo, exhiben los mismos efectos cognoscitivos y conductuales que los que viven en favelas de Brasil, según afirman los investigadores.
"La forma en que responde el cuerpo ante el estrés tóxico es similar en todos los contextos", dijo Elizabeth Trejos-Castillo, docente de la TTU y coordinadora del proyecto del lado estadounidense.
De acuerdo con Jackowski, esta investigación sólo fue posible merced a la existencia del programa São Paulo Researchers in International Collaboration (SPRINT), de la FAPESP.
Las investigadoras de la TTU participantes en el proyecto se enteraron de convocatoria a la presentación de propuestas del programa que incluía a la universidad estadounidense y constataron que Jackowski realizaba una investigación, también financiada por la FAPESP, con objetivos convergentes con los de ellas. Consultaron a Jackowski y decidieron remitir una propuesta conjunta al programa.
"El SPRINT permitió que las investigadoras de la Texas Tech University vinieran a Brasil a conocer otros proyectos que hemos desarrollado y detectar oportunidades de futuras colaboraciones para las cuales podemos solicitar financiación internacional", dijo Jackowski.
La consolidación y la ampliación de las colaboraciones científicas son precisamente algunos de los objetivos del programa. Lanzado en 2014, el SPRINT tiene por objeto promover el avance de la investigación científica a través de colaboraciones entre científicos vinculados a universidades e instituciones de investigación de estado de São Paulo y científicos asociados del exterior en proyectos conjuntos a mediano y largo plazo.
El programa SPRINT, que tiene actualmente una convocatoria abierta al envío de nuevas propuestas, hasta el próximo día 30 de enero de 2017, ofrece financiación para la fase inicial de colaboraciones internacionales en investigación científica, el llamado de seed funding (fondos semilla, en traducción libre).
Se espera que investigadores del estado de São Paulo, en colaboración con pares extranjeros, presenten propuestas de estudios conjuntos en las líneas regulares de la FAPESP y ante las agencias de fomento de la investigación científica accesibles para los diversos asociados internacionales de la Fundación, a los efectos de darle continuidad a la colaboración iniciada en el marco del SPRINT y consolidar la alianza.
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El programa ha brindado apoyo hasta ahora a 118 proyectos de investigación realizados por científicos vinculados a 11 universidades públicas y privadas y a seis instituciones de investigación con sede en el estado de São Paulo, en colaboración con científicos de Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Francia, Holanda, Canadá, Irlanda, Argentina, España, Sudáfrica, el País de Gales, Escocia y Bélgica.