News Release

Un estudio a gran escala de las águilas norteamericanas revela frecuencias inesperadamente altas y consecuencias a escala poblacional de la intoxicación por plomo

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

Más allá de los estudios tradicionales centrados en una región, un nuevo análisis de la exposición al plomo en águilas calvas y reales en 38 estados de los Estados Unidos revela frecuencias inesperadamente altas de intoxicación crónica y aguda por plomo, cuya incidencia varía según la edad y, en el caso de las águilas calvas, según la región y la estación. «Nuestro conjunto de datos a gran escala apunta a impulsores de tendencias espaciales y subcontinentales en la frecuencia de intoxicación por plomo de las águilas que serían imposibles de detectar en estudios de ámbito local», afirman Vincent Slabe y sus colegas. La intoxicación por plomo se produce en poblaciones de aves depredadoras de todo el mundo pero, hasta la fecha, las tasas de exposición y los impactos poblacionales solo se conocían por estudios regionales. En el caso concreto de las águilas, no se conocen los patrones espaciales y temporales de exposición al plomo a gran escala. En esta ocasión, Slabe y sus colegas han tratado de esclarecer estos patrones a partir de varias pruebas, como la sangre de águilas vivas y los huesos, el hígado y las plumas de ejemplares muertos. Cuantificaron la exposición al plomo de 1210 águilas calvas y reales entre 2010 y 2018 e informaron de que el 47 % de las águilas calvas y el 46 % de las águilas reales presentaban concentraciones de plomo en los huesos por encima de los umbrales de intoxicación considerados crónicos (debido a la exposición repetida al plomo). En el caso de ambas especies, los ejemplares adultos mostraron una intoxicación crónica con mayor frecuencia que los ejemplares más jóvenes. Las águilas calvas de la zona de la vía migratoria central de los Estados Unidos mostraron mayores tasas de intoxicación crónica por plomo que las de las vías migratorias del Atlántico y el Pacífico, lo que corrobora una tendencia regional. 

Los autores también evaluaron la frecuencia de la intoxicación aguda por plomo, causada por un evento de corta duración y alta exposición, e informaron de que alrededor del 29 % de las águilas calvas y el 9 % de las águilas reales tenían concentraciones de plomo en sangre indicativas de este tipo de intoxicación. En el caso concreto de las águilas calvas, los adultos de la especie se intoxicaron con mayor frecuencia de forma aguda, la intoxicación aguda fue menos frecuente en verano que en otoño y las aves de la vía migratoria central mostraron una mayor tasa de intoxicación aguda por plomo que las de las vías migratorias del Atlántico y del Misisipi. La intoxicación aguda de ambas especies fue generalmente mayor en los meses de invierno, cuando las águilas calvas y reales suelen buscar comida y pueden ingerir directamente fragmentos de plomo de la munición utilizada en la temporada de caza. «Nuestros datos muestran una correspondencia temporal en todo el continente entre la intoxicación aguda por plomo de las águilas y el uso de munición de plomo», escriben los autores. Su estimación del impacto de la exposición al plomo en la población, basada en los umbrales utilizados por los patólogos veterinarios para definir la intoxicación clínica grave, sugiere que las tasas de crecimiento de la población de estas especies en todo el continente se están reduciendo en un 3,8 %, en el caso de las águilas calvas, y en un 0,8 % en el de las águilas reales, lo que podría tener impacto a largo plazo en la población. En conjunto, los datos a gran escala de los autores descubren tendencias más difíciles de detectar en los estudios locales, como la alta frecuencia de intoxicación aguda y crónica de las águilas calvas en la zona de la vía migratoria central, que no puede explicarse únicamente mediante un muestreo diferencial; «una explicación más plausible... radica en la posibilidad de que existan tasas diferenciales inexplicables respecto al carroñeo de las águilas calvas en las distintas vías migratorias», señalan los autores. Los patrones relacionados con la edad (una mayor intoxicación crónica y aguda en los ejemplares adultos de una o ambas especies) reflejan la acumulación de plomo en las aves carroñeras a medida que envejecen, lo que, según los autores, crea una limitación demográfica subestimada para las águilas norteamericanas. La intoxicación por plomo de las aves carroñeras se ha documentado en todos los continentes excepto en la Antártida, aunque esta es la primera vez que se documenta la reducción de las tasas de crecimiento de la población a escala continental. Así pues, estos resultados identifican importantes vías para futuras acciones de conservación.


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