Impacto de la actividad humana en la búsqueda de alimento de las abejas

La capacidad de las abejas para buscar alimento de forma eficiente es vital tanto para su salud como para la polinización de las plantas silvestres y los cultivos. Sin embargo, según un nuevo artículo de Perspective, la búsqueda de alimento se ha convertido en un reto cada vez mayor para las abejas debido a una serie de actividades humanas; dado que el excedente de alimentos que las abejas adultas pueden reunir determina directamente el número de descendientes que pueden criar, estos retos en torno a la búsqueda de alimento también amenazan la supervivencia general de las abejas. Aunque las abejas son recolectoras muy especializadas, volar entre campos de flores muy dispersos en busca de polen y néctar puede resultar complicado, sobre todo para las especies más grandes, como las abejas domésticas y los abejorros silvestres. Una búsqueda de alimentos que no sea óptima puede afectar en gran medida a su capacidad para sobrevivir. En esta ocasión, Dave Goulson y Elizabeth Nicholls comentan los diversos elementos de la actividad humana que han impactado en la eficiencia de la búsqueda de alimento de las abejas durante el Antropoceno, incluyendo la exposición a pesticidas neurotóxicos y contaminación, a las crecientes cantidades de radiación electromagnética y a los diversos efectos de la urbanización y la agricultura industrial. Además, los autores destacan cómo la combinación de estos factores de estrés podría afectar negativamente al comportamiento de las abejas, impidiendo su capacidad para tener éxito en la búsqueda de alimento. Según Goulson y Nicholls, los esfuerzos por mitigar estos impactos en las zonas urbanas, incluida la instalación de espacios verdes favorables para las especies polinizadoras y las prohibiciones nacionales del uso de pesticidas urbanos, han demostrado cierto éxito a la hora de aliviar algunas de estas presiones sobre las poblaciones de abejas. Sin embargo, encontrar formas de apoyar a las comunidades de especies polinizadoras silvestres y su capacidad de búsqueda de alimento en entornos agrícolas sigue planteando un reto mucho mayor.