News Release

Un experimento en ratones ayuda a dilucidar los efectos de la restricción calórica, el ayuno y el tiempo de alimentación en la prolongación de la vida

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

La restricción calórica, conocida por prolongar la vida, tuvo un impacto más beneficioso en los ratones cuando estos animales consumieron las limitadas calorías en un horario que les permitía ayunar durante al menos 12 horas, y cuando comieron por la noche, la hora normal de alimentación de los roedores nocturnos. Los resultados ofrecen pruebas de que las intervenciones circadianas, como la alimentación cronometrada, aumentan los conocidos beneficios de la restricción calórica a la hora de prolongar la vida. La restricción calórica (RC), que suele consistir en ciclos de alimentación restringida y ayuno prolongado, incrementa la vida, aunque los mecanismos por los que esto ocurre siguen sin estar claros. Aunque se cree que la disminución de la ingesta de energía es el factor crítico, es posible que el momento de la ingesta de alimentos, y también la frecuencia de la alimentación, sean componentes clave para prolongar la vida. Para comprender mejor la influencia de estos diversos factores, Victoria Acosta-Rodríguez et al. han diseñado experimentos para controlar tanto la ingesta calórica de los ratones como el momento en que comen. A los ratones alojados solos con acceso a una rueda de correr se les suministraron cantidades definidas de comida a horas específicas del día. Esto se hizo en cinco grupos diferentes de ratones con restricción calórica que solo se diferenciaban en el patrón diario, no en la cantidad, de alimentos consumidos, así como en un grupo de control en el que la alimentación no estaba restringida. Los autores compararon los resultados conductuales, metabólicos y moleculares de los ratones a lo largo de su vida. La restricción calórica prolongó la vida como se esperaba, pero funcionó mejor cuando se restringió la alimentación para que los animales ayunaran durante al menos 12 horas. Es importante destacar que el grado de prolongación de la vida fue mayor en los ratones con RC cuando consumían los alimentos por la noche. Los autores demostraron además que la restricción calórica nocturna atenuaba los cambios relacionados con la edad, incluido el aumento de la expresión génica asociada a la inflamación. Por lo tanto, afirman los autores, los beneficios máximos de la RC pueden lograrse con un intervalo de ayuno de más de 12 horas en el que la alimentación restringida en el tiempo se produce en la fase activa natural del organismo.


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