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Este informe describe los síntomas más comunes de 6 enfermedades cardiovasculares

La nueva declaración científica de la American Heart Association señala que los síntomas, con frecuencia, coinciden con las afecciones y pueden variar según el sexo

Peer-Reviewed Publication

American Heart Association

Prohibida su divulgación hasta las 4:00 a. m. CT/5:00 a. m. hora del este, jueves 18 de agosto de 2022

DALLAS, 18 de agosto de 2022. En un análisis de las investigaciones más recientes se destacan los síntomas más frecuentes de algunas enfermedades cardiovasculares (ECV), y se observa que los hombres y las mujeres, con frecuencia, experimentan diferentes síntomas, según se indica en una nueva declaración científica de la American Heart Association, publicada hoy en la revista insignia revisada por expertos de la Association, Circulación.

En la declaración también se destaca la manera en que se experimentan los síntomas a lo largo del tiempo, que puede ser de meses o años según la afección y dentro de un espectro de gravedad o intensidad, mientras se observa la naturaleza de la evolución a largo plazo de la enfermedad cardiovascular. El comité de redacción de declaraciones científicas analizó la investigación actual en lo que respecta a los síntomas de las diferentes enfermedades cardiovasculares. Descubrieron que los síntomas varían con el tiempo y según el sexo.

Las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de mortalidad en EE. UU. y en todo el mundo. Se componen de varias afecciones, incluidas las 6 que se analizan en esta declaración científica: infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, enfermedad valvular, ataque o derrame cerebral, trastornos del ritmo cardíaco y enfermedad arterial y venosa periférica.

“Los síntomas de estas enfermedades cardiovasculares pueden afectar significativamente la calidad de vida, y es fundamental comprenderlos de manera clara para tomar decisiones relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento de manera efectiva. La declaración científica es una recopilación del ‘estado de la ciencia’ que detalla la presentación y manifestación de los síntomas relacionados con las ECV, las similitudes y diferencias de los síntomas entre las distintas afecciones y las diferencias en los síntomas según el sexo” indicó la presidente del comité de redacción de declaraciones científicas, Corrine Y. Jurgens, Ph.D., R.N., A.N.P., FAHA, profesora adjunta de Boston College’s Connell School of Nursing.

Medición de los síntomas: ¿qué es importante?

Debido a la subjetividad que presentan, la medición de los síntomas resulta difícil.  Es posible que los síntomas pasen inadvertidos o no se manifiesten si las personas no consideran que son importantes o que están relacionados con una afección de salud existente. Además, pueden presentarse sin que hubiera cambios en la evolución de la enfermedad, y el estado de esta puede avanzar sin síntomas.

“Es posible que algunas personas no consideren importantes los síntomas como la fatiga, la alteración del sueño, el aumento de peso y la depresión, o aquellos que están relacionados con una enfermedad cardiovascular”, manifiesta Jurgens. “Sin embargo, las investigaciones indican que síntomas leves como los mencionados pueden predecir eventos agudos y la necesidad de hospitalización. Se garantiza que se brindará una definición más específica de lo que constituye un síntoma ‘importante’”.

Algunos síntomas de muchas enfermedades cardiovasculares son frecuentes y se reconocen fácilmente, en tanto otros síntomas no se manifiestan con frecuencia. El dolor torácico, por ejemplo, es el síntoma más frecuente e identificable de un infarto de miocardio. Sin embargo, entre algunos de los síntomas menos conocidos se incluyen la falta de aire, la fatiga, la sudoración, las náuseas y los mareos.

“Establecer un perfil de referencia de los síntomas de una persona y realizar un seguimiento de estos con el tiempo puede ser de ayuda para detectar cualquier cambio y progresión de los síntomas”, expresa Jurgens.

Infarto de miocardio

El infarto de miocardio es una de las diversas afecciones que pertenece a la amplia categoría de síndrome coronario agudo (SCA). Este término hace referencia a cualquier afección cardíaca causada por la pérdida repentina del flujo sanguíneo al corazón. El síntoma de SCA más frecuente, particularmente en casos de infarto de miocardio, es el dolor torácico, que muchas veces se describe como una presión o molestia y se puede propagar hacia la mandíbula, el hombro, el brazo o la parte superior de la espalda. Los síntomas que ocurren en simultáneo con más frecuencia son falta de aire, sudoración o sudor frío, fatiga inusual, náuseas y mareos. En ocasiones nos referimos a estos síntomas adicionales como “atípicos”; sin embargo, una reciente recomendación presidencial de la American Heart Association explica que esta etiqueta probablemente se debía a la ausencia de participantes mujeres en los ensayos clínicos de los cuales derivaron los síntomas enumerados. Es más factible que, a diferencia de los hombres, las mujeres manifiesten más síntomas, además de dolor torácico.

Insuficiencia cardíaca

La falta de aire es un síntoma clásico de la insuficiencia cardíaca y un motivo común por el cual los adultos con insuficiencia cardíaca buscan atención médica. Sin embargo, los primeros síntomas y los más leves se deberían reconocer como señales para consultar con un proveedor de cuidados de salud. Entre estos síntomas se pueden encontrar los síntomas gastrointestinales, como malestar estomacal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito; fatiga; intolerancia al ejercicio (relacionada con la fatiga y la falta de aire); insomnio; dolor (torácico y otros); trastornos del estado de ánimo (mayormente depresión y ansiedad); y disfunción cognitiva (lagunas mentales, alteraciones de la memoria).

Las mujeres con insuficiencia cardíaca manifiestan una amplia variedad de síntomas, son más propensas a sufrir depresión y ansiedad, e informan una peor calidad de vida en comparación con hombres que padecen la misma afección. Al igual que con el infarto de miocardio, las mujeres son más propensas que los hombres a manifestar distintos síntomas. Las mujeres con insuficiencia cardíaca manifiestan náuseas, palpitaciones y cambios digestivos, así como dolores de mayor intensidad (en otras partes del cuerpo, no solo dolor torácico), hinchazón y sudoración.

“Monitorear una serie de síntomas en comparación con los que están presentes y los que no, con mediciones válidas y confiables, puede mejorar la atención médica clínica ya que se identifica de manera más rápida a las personas que pueden estar en riesgo de sufrir desenlaces desfavorables, como mala calidad de vida, hospitalización o muerte”, indica Jurgens. “En última instancia, tenemos trabajo para hacer en cuanto a la determinación de quiénes necesitan un seguimiento más frecuente o intervención para prevenir los malos desenlaces de la insuficiencia cardíaca”.

Valvulopatía

La valvulopatía es una causa común de insuficiencia cardíaca y también comparte el síntoma de falta de aire. Los problemas de las válvulas del corazón, estructuras con forma de aleta que controlan el flujo sanguíneo entre las cámaras del corazón, incluyen el estrechamiento o endurecimiento de las válvulas (estenosis); el cierre incorrecto de las válvulas (prolapso), que provoca que la sangre retroceda (regurgitación); o la mala formación de las válvulas (atresia).  En caso de una valvulopatía leve, la persona puede tener síntomas durante años y luego desarrollar de manera progresiva más síntomas similares a los asociados con la insuficiencia cardíaca. La valvulopatía también puede ocasionar presión arterial alta en los pulmones o hipertensión pulmonar. Una de las formas más graves y comunes de la valvulopatía es la estenosis aórtica, que ocurre cuando la válvula aórtica se estrecha y disminuye el flujo sanguíneo del corazón.

En comparación con los hombres, las mujeres con estenosis aórtica manifiestan con más frecuencia falta de aire, intolerancia al ejercicio y debilidad física, y son más propensas a tener puntuaciones bajas en el sistema de clasificación estándar para la insuficiencia cardíaca, conocido como New York Heart Association Functional Classification (Clasificación Funcional de la New York Heart Association). Los hombres que padecen una valvulopatía son más propensos a manifestar dolor torácico que las mujeres que padecen esa misma afección.

Ataque o derrame cerebral

Un ataque o derrame cerebral ocurre cuando se bloquea o rompe un vaso sanguíneo del cerebro y, normalmente, causa síntomas identificables que provocan la necesidad de recibir ayuda de emergencia. Para identificar los síntomas de un ataque o derrame cerebral que requieren atención médica de inmediato, la American Stroke Association nos recomienda recordar el acrónimo F.A.S.T. que significa Face drooping, (cara caída) Arm weakness (debilidad en un brazo), Speech difficulty (dificultad para hablar), Time to call 9-1-1 (momento de llamar al 911). Entre otros síntomas de un ataque o derrame cerebral se incluyen confusión, mareos, pérdida del equilibrio o coordinación y cambios en la vista. Es fundamental reconocer los síntomas de un ataque o derrame cerebral, ya que el tratamiento inmediato podría ayudar a disminuir la posibilidad de padecer una discapacidad a largo plazo o la muerte.

Las mujeres que experimentan un ataque o derrame cerebral son más propensas que los hombres a tener otros síntomas menos conocidos, además de los más comunes. Estos síntomas incluyen dolor de cabeza, alteraciones del estado mental, coma o estupor. Un ataque o derrame cerebral también puede afectar el pensamiento, lo que podría, posteriormente, impactar en la capacidad de la persona de identificar el empeoramiento o la aparición de síntomas nuevos.

Después de un ataque o derrame cerebral, es posible que algunos síntomas permanezcan y requieran continuidad de la atención médica, ya sea porque se necesita rehabilitación o porque se convirtieron en discapacidades. Las pruebas posteriores a un ataque o derrame cerebral deben incluir una evaluación del estado de ansiedad, la depresión, la fatiga y el dolor. El dolor posterior a un ataque o derrame cerebral puede tardar meses en aparecer; la mayoría de las manifestaciones ocurrieron entre los 4 y 6 meses posteriores al evento.

Alteraciones del ritmo cardíaco

Las alteraciones del ritmo cardíaco, llamadas arritmias, con frecuencia se describen como la sensación de tener palpitaciones o latidos del corazón anormales que pueden ser irregulares, rápidos, con aleteos o entrecortados. Entre otros síntomas se incluyen fatiga, falta de aire y mareos. Todos estos son síntomas en común con otras enfermedades cardiovasculares. El dolor torácico, los mareos, el desvanecimiento o estar por desvanecerse y la ansiedad pueden ocurrir con menos frecuencia en personas con alteraciones del ritmo cardíaco.

Las mujeres y los adultos jóvenes con alteraciones del ritmo cardíaco son más propensos a tener palpitaciones, en tanto los hombres tienen más probabilidades de no tener síntomas. Es más probable que los adultos mayores tengan síntomas poco frecuentes o ninguno. También se encontraros diferencias en los síntomas entre personas de distinta raza y grupo étnico. La información indica que los adultos de raza negra manifiestan más palpitaciones, falta de aire, intolerancia al ejercicio, mareos y molestias en el pecho en comparación con las personas de origen hispano o blancas.

Enfermedad de las venas y arterias

La enfermedad arterial periférica, o EAP, afecta las arterias de las extremidades inferiores, lo que ocasiona menos aporte de sangre a las piernas. Es posible que las personas con EAP no presenten síntomas o desarrollen los síntomas clásicos de claudicación, es decir, dolor en uno o ambos músculos de la pantorrilla que se presenta al caminar y disminuye durante el reposo. Sin embargo, el dolor en otras partes de las piernas, los pies y los dedos de los pies son los síntomas más comunes de la EAP, en vez de dolor de pantorrillas. La EAP con síntomas está asociada con un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un ataque o derrame cerebral, y los hombres presentan un riesgo mayor que las mujeres.

“La medición de los síntomas vasculares incluye una evaluación de la calidad de vida, las limitaciones en la actividad y el impacto psicológico de la enfermedad” manifiesta Jurgens. “De todos modos, las mediciones existentes con frecuencia se basan en la valoración clínica, en lugar de los síntomas que manifiesta el mismo paciente y la gravedad de estos”.

Con frecuencia, las personas con EAP padecen de depresión, especialmente las mujeres y personas mayores o de determinados grupos raciales y étnicos. También es más probable que sufran de depresión las personas con una forma más grave de EAP.

Es posible que la enfermedad venosa periférica (EVP), al igual que la EAP, no presente síntomas o que ocasione dolor en las piernas. Los síntomas típicos relacionados con las piernas incluyen dolor, malestar, pesadez u opresión, fatiga, calambres, síndrome de piernas inquietas e irritación de la piel. En un estudio realizado, los hombres menores de 65 años resultaron más propensos que los adultos mayores a presentar dolor, pesadez, malestar y fatiga. Los síntomas de la enfermedad venosa, en ocasiones, se presentan incluso cuando no hay señales visibles de la afección.

Las diferencias según el sexo en la enfermedad de las venas y arterias se ven principalmente en personas con EAP. Las mujeres tienen más probabilidad de presentar dolor en otras zonas del cuerpo que no sean las pantorrillas o de no presentar ningún síntoma. En ocasiones, los síntomas de las mujeres son más complicados por la errónea creencia de que la EAP es más común entre los hombres, o se confunden con los síntomas de otras afecciones frecuentes, como la osteoartritis. Hay más probabilidades de que la EAP evolucione en mujeres y les afecte la calidad de vida.

Otros factores que influyen en los síntomas

Según datos de encuestas nacionales, las personas con alguna enfermedad cardíaca tienen el doble de probabilidades de sufrir de depresión, en comparación con personas sin ninguna afección médica (10% frente a 5%). Una declaración científica de 2014 de la American Heart Association propone que la depresión debe ser considerada un factor de riesgo en los casos con peores resultados después de sufrir un evento del síndrome coronario agudo o de recibir su diagnóstico.

La declaración actual destaca que las personas con dolor torácico persistente, con insuficiencia cardíaca, las personas que sobrevivieron a un ataque o derrame cerebral y las personas con enfermedad arterial periférica normalmente sufren de depresión o ansiedad. Además, es posible que los cambios cognitivos luego de un ataque o derrame cerebral afecten la capacidad de identificar los síntomas o la manera de experimentarlos. El grupo de redacción aconseja que se realicen evaluaciones regulares de la función cognitiva y los niveles de depresión en cualquier enfermedad cardiovascular, ya que estas tienen una gran influencia en la capacidad de las personas de detectar síntomas y cualquier cambio en su afección.

“El alivio sintomático es una parte importante del manejo de la enfermedad cardiovascular” asegura Jurgens. “Es importante reconocer que muchos síntomas varían con el tiempo en cuanto a su ocurrencia y gravedad, que los hombres y las mujeres experimentan los síntomas de manera diferente y que factores como la depresión y la función cognitiva pueden afectar la identificación y manifestación de los síntomas. Monitorear y medir los síntomas con herramientas que tengan en cuenta la depresión y la función cognitiva podría ayudar a mejorar la atención médica del paciente, ya que permite identificar de forma más rápida a las personas que podrían estar en mayor riesgo”.

Esta declaración científica fue preparada por el grupo de escritores voluntarios en nombre del Consejo de enfermería de enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales de la American Heart Association.; el Consejo de hipertensión; y el Consejo de derrames cerebrales. Las declaraciones científicas de la American Heart Association promueven una mayor conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares y los problemas de los ataques o derrames cerebrales, y ayudan a facilitar las decisiones fundamentadas sobre los cuidados de la salud. En las declaraciones científicas se describe lo que se conoce actualmente sobre un tema y las áreas que necesitan investigación adicional. Si bien estas declaraciones científicas informan el desarrollo de las pautas, no constituyen recomendaciones de tratamiento. Las pautas de la American Heart Association proporcionan las recomendaciones oficiales de la práctica clínica de la Asociación.

Los coautores y miembros del comité de redacción son el vicepresidente Christopher S. Lee, Ph.D., R.N., FAHA; Dawn M. Aycock, Ph.D., R.N., A.N.P.-B.C., FAHA; Ruth Masterson Creber, Ph.D., M.Sc., R.N., FAHA; Quin E. Denfeld, Ph.D., R.N., FAHA; Holli A. DeVon, Ph.D., R.N., FAHA; Linda R. Evers, J.D.; Miyeon Jung, Ph.D., R.N., FAHA; Gianluca Pucciarelli, Ph.D., R.N., FAHA; Megan M. Streur, Ph.D., R.N., F.N.P.; y Marvin A. Konstam, M.D., FAHA. Las declaraciones de los autores se encuentran en el artículo.

La Asociación recibe financiamiento principalmente de personas particulares. Algunas fundaciones y empresas (incluidas empresas farmacéuticas y fabricantes de dispositivos, entre otras empresas) también realizan donaciones y financian eventos y programas específicos de la Asociación. La Asociación tiene políticas estrictas para evitar que estas relaciones influyan en el contenido científico. Los ingresos de las empresas farmacéuticas y biotecnológicas, los fabricantes de dispositivos, los proveedores de seguros médicos y la información financiera general de la Asociación están disponibles aquí.

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Acerca de la American Heart Association

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