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Estudio muestra que la metformina reduce drásticamente las hospitalizaciones por COVID

El fármaco ampliamente disponible redujo las visitas a la sala de emergencias, la hospitalización y la muerte por COVID-19

Peer-Reviewed Publication

Parsemus Foundation

La metformina, el medicamento para la diabetes ampliamente disponible, redujo los resultados graves de la enfermedad en más de la mitad en los participantes si era iniciada dentro de los 4 días posteriores al inicio de síntomas de COVID. Un gran ensayo controlado doble ciego aleatorizado, realizado por la Universidad de Minnesota, anunció hoy sus resultados. Los resultados fueron publicados el 18 de agosto en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine.

El estudio fue financiado principalmente por tres fundaciones filantrópicas: Parsemus Foundation, Rainwater Charitable Foundation y Fast Grants.

“En un principio, cuando nos enteramos de que las personas que tomaban metformina se contagiaban menos de COVID y que requerían menos hospitalizaciones, sentimos gran intriga”, dijo Elaine Lissner, fundadora y fideicomisaria de la pequeña organización sin fines de lucro Parsemus Foundation de California, que trabaja en soluciones de bajo costo desatendidas por la industria farmacéutica. “Pero uno no sabe si se trata de una coincidencia hasta que no comienzas desde el principio, con un riguroso ensayo clínico aleatorizado”.

“Cuando supimos que los investigadores de la Universidad de Minnesota estaban tratando de recaudar fondos para probarlo, aprovechamos la oportunidad”.

Un pasado poco conocido

La metformina, también conocida como Glucophage, tiene un beneficio adicional: un pasado poco conocido en la década de 1950 como un antiviral llamado "Fluamina". En investigaciones más recientes, también parece afectar las vías de inflamación de mTOR. Dado que el COVID involucra una inflamación viral, la investigadora principal, Dra. Carolyn Bramante, y su equipo pensaron que la combinación de su acción antiinflamatoria y antiviral eran lo suficientemente intrigantes como para ser puestas a prueba.

Sin embargo, el estudio casi no se llevó a cabo. En ese momento, la mayoría de los fondos gubernamentales y farmacéuticos se destinaban a la investigación de vacunas o a la búsqueda de nuevos medicamentos rentables.

“Nos arriesgamos y dimos lo que pudimos, lo suficiente para comenzar los primeros sitios de estudio y generar datos preliminares para fortalecer el caso para otros financiadores”, dijo Linda Brent, directora ejecutiva de la Fundación Parsemus. “Pero el estudio nunca lo habría logrado si no fuera por unos cuantos financiadores más grandes dedicados a la causa, quienes creyeron en él estudio de inmediato y se incorporaron aportando fondos cruciales”.

Tres medicamentos estudiados

Para mayor rigor, el gran estudio de la Universidad de Minnesota comparó tres medicamentos que eran considerados prometedores en ese momento: la fluvoxamina, un antidepresivo que había mostrado buenos resultados en estudios anteriores; la ivermectina, objeto de mucho interés y pasión; y metformina.  Esto proporcionó respuestas valiosas, incluso sobre los medicamentos que no fueron los claros ganadores.

"Puedes discutir sobre los detalles, pero al final, esto es una especie de 'tres strikes y quedas fuera' para la ivermectina", dijo Lissner. “Pero la ivermectina merecía este tipo de estudio cuidadoso, y ser comparada con otros medicamentos, para finalmente obtener respuestas sólidas”.

“Y creo que muchos de nosotros estábamos bastante decepcionados con que los resultados de la fluvoxamina no fueran concluyentes. Sabemos que la dosis que usó el estudio, que fue de un tercio a la mitad de la que se usó en estudios anteriores en un intento por evitar los efectos secundarios, no fue suficiente para hacer una diferencia. Sin embargo, no creo que la puerta esté cerrada para la fluvoxamina en dosis más altas”.

“Pero al final”, agregó Lissner, “Hay que aceptar lo que dice la ciencia, sin importar lo que uno esperaba. Y tal vez no sea algo malo. La metformina es un medicamento increíblemente común, tomada por millones de personas en todo el mundo. No tiene el estigma que tiene un antidepresivo, y es mucho más fácil de tomar que los otros dos medicamentos”.

En 2019, la metformina fue el cuarto medicamento recetado con más frecuencia en los Estados Unidos, con más de 85 millones de recetas escritas para más de 17 millones de pacientes. Las pautas de la FDA indican que no debe ser tomado por personas con enfermedad renal avanzada, y que debe tomarse con alimentos o en una formulación de liberación prolongada para evitar malestares estomacales. Los efectos secundarios son menores e incluyen heces blandas. La metformina también se considera segura para su uso en mujeres embarazadas.

Los estudios de metformina para otras indicaciones, como el ensayo nacional TAME de la Federación Estadounidense para la Investigación del Envejecimiento, siguen sin financiación.

“Creo que hay lecciones para todos nosotros al asegurarnos de que nuestros sistemas de ensayos clínicos globales sean más sólidos y estén listos para participar en estudios críticos a nivel mundial como este en el futuro”, enfatizó Lissner. “No deberían ser pequeñas fundaciones como la nuestra financiando estudios de importancia mundial. Mientras tanto, espero que todo el trabajo duro y todo el tiempo invertido den sus frutos, y que los médicos de todo el mundo tomen nota: la metformina, un medicamento extremadamente económico que recetan todos los días, si se administra de inmediato en personas con COVID, puede reducir los resultados graves en más de la mitad."

Los detalles sobre los resultados del estudio se publicaron el 18 de agosto en el New England Journal of Medicine y se pueden encontrar en el comunicado de prensa del estudio COVID-OUT de la Universidad de Minnesota.

Acerca de la Fundación Parsemus (San Francisco): La Fundación Parsemus trabaja para crear mejoras significativas en la salud y el bienestar humano y animal mediante el avance de investigaciones médicas innovadoras y desatendidas. El enfoque de la fundación es apoyar los estudios de prueba de concepto y luego buscar la cobertura de prensa de los resultados, para que los avances cambien la práctica del tratamiento en lugar de desaparecer en la literatura científica. Como una organización sin fines de lucro pequeña y ágil, la Fundación Parsemus pudo pasar de sus programas financiados regularmente a un nuevo enfoque en el tratamiento de COVID-19 durante la pandemia. Puede encontrar más información sobre la Fundación Parsemus y el trabajo presentado aquí en: https://www.parsemus.org/humanhealth/covid-19/

 


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