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Los medicamentos para el Parkinson mejoraron la presión arterial de adolescentes con diabetes tipo 1

En un nuevo estudio de la revista médica Hypertension, se sugiere que la bromocriptina podría prevenir las enfermedades cardíacas en jóvenes con diabetes tipo 1

Peer-Reviewed Publication

American Heart Association

Puntos destacados de la investigación:

  • Los adolescentes con diabetes tipo 1 que toman bromocriptina, un medicamento que generalmente se receta para tratar la enfermedad de Parkinson, tienen la presión arterial más baja después de un mes de tratamiento en comparación con aquellos que no toman este medicamento.
  • Los participantes que tomaron este medicamento durante un mes también experimentaron mejoras significativas en la rigidez aórtica, un indicador de la salud vascular.
  • Es necesario llevar a cabo estudios a largo plazo más amplios para determinar si la bromocriptina puede ser recomendada a adolescentes con diabetes tipo 1.

Prohibida su divulgación hasta las 4:00 a. m. CT/5 a. m. ET del martes 6 de diciembre del 2022

DALLAS, 6. de diciembre del 2022 — Según un estudio pequeño publicado hoy en Hypertension, una revista de la American Heart Association, los adolescentes con diabetes tipo 1 (DT1) que tomaron bromocriptina, un medicamento que se utiliza para tratar la enfermedad de Parkinson y la diabetes tipo 2, tuvieron una presión arterial más baja y arterias menos rígidas después de un mes de tratamiento en comparación con aquellos que no tomaron el medicamento.

La presión arterial alta y las arterias rígidas causan el desarrollo de enfermedades cardíacas. Las personas que padecen DT1, una afección crónica de por vida en la que el páncreas no produce suficiente insulina para controlar los niveles de azúcar en la sangre, tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas que aquellas que no sufren esta afección. Las personas diagnosticadas con DT1 durante la infancia tienen aún más riesgo de padecer enfermedades cardíacas que aquellas diagnosticadas durante la adultez. Por lo tanto, a los investigadores les interesa descubrir formas de retrasar la aparición de enfermedades vasculares en niños con DT1.

“Sabemos que las anomalías en los vasos grandes alrededor del corazón, la aorta y sus ramas primarias se desarrollan temprano durante la infancia en personas con diabetes tipo 1”, afirmó el autor principal del estudio, Michal Schäfer, Ph.D., un investigador y estudiante de medicina de cuarto año de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado en Aurora, Colorado. “Descubrimos que la bromocriptina tiene la capacidad de retrasar el desarrollo de esas anomalías y disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares en esta población”.

El equipo multidisciplinario realizó este estudio para evaluar el impacto en la presión arterial y la rigidez aórtica de la bromocriptina en comparación con un placebo en adolescentes con diabetes tipo 1. La bromocriptina se clasifica entre los medicamentos denominados antagonistas de los receptores de dopamina. Aumenta los niveles de dopamina, un químico del cerebro, lo que causa un aumento de la capacidad de respuesta del cuerpo a la insulina; esto se llama sensibilidad a la insulina. La bromocriptina está aprobada por la FDA desde el 2009 para tratar a adultos con diabetes tipo 2 debido a su efecto en la sensibilidad a la insulina.

El estudio incluyó a 34 participantes (13 hombres y 21 mujeres) de 12 a 21 años de edad que habían sido diagnosticados con diabetes tipo 1 hace al menos un año y cuya HbA1c (glucohemoglobina, una medida de la glucosa en sangre) era del 12% o menos. Se considera que una persona es diabética si tiene un nivel de HbA1c del 6.5% o superior. Se dividieron aleatoriamente en dos grupos de 17 personas; uno de estos grupos recibió un tratamiento con bromocriptina de liberación rápida y el otro recibió el placebo una vez al día. El estudio constó de dos fases. En la fase 1, los participantes se sometieron al primer tratamiento o tomaron el placebo durante 4 semanas; luego, interrumpieron el tratamiento durante un período de “reposo farmacológico” de 4 semanas, seguido de la fase 2, que constó de 4 semanas con el tratamiento opuesto. En este diseño “cruzado”, cada participante actuó como su propio punto de comparación.

La presión arterial y la rigidez aórtica se midieron al principio del estudio y al final de cada fase. Se determinó la rigidez aórtica con la evaluación de las arterias grandes mediante una imagen de resonancia magnética (IRM) cardiovascular y una medición de la velocidad del pulso de la presión arterial llamada velocidad de la onda del pulso.

En el estudio, se descubrió lo siguiente: 

  • La presión arterial bajó de manera significativa en el grupo con bromocriptina en comparación con el del placebo. En promedio, el tratamiento con bromocriptina dio como resultado una disminución de la presión arterial sistólica de 5 mmHg y una disminución de la presión arterial diastólica de 2 mmHg al final de las 4 semanas de tratamiento. 
  • Con el tratamiento con bromocriptina, también se redujo la rigidez aórtica. La mejoría en la rigidez aórtica fue más notoria en la aorta ascendente, con una velocidad de la onda del pulso más baja de alrededor de 0.4 metros por segundo y un aumento en la mayor o menor rigidez, o elasticidad, del 8%. En la aorta toracoabdominal, la bromocriptina se asoció con una velocidad de la onda del pulso más baja de alrededor de 0.2 metros por segundo, con un aumento en la mayor o menor rigidez del 5%.

“Una aorta rígida predispone al paciente a otros problemas de salud, como la disfunción orgánica o la arteriosclerosis, y una tensión en el músculo cardíaco más alta”, indicó Schäfer. “Pudimos ir un paso más allá y demostrar, mediante el uso de métricas más sofisticadas, que estas arterias centrales grandes estaban deterioradas, y el deterioro en los adolescentes y adultos jóvenes con diabetes tipo 1 se puede frenar con este medicamento”.

El hecho de que el estudio sea pequeño es una limitación. Sin embargo, los investigadores indicaron que se realizarán más investigaciones acerca del impacto de la bromocriptina en la salud vascular en un mayor número de personas con diabetes tipo 1. Están planeando llevar a cabo investigaciones más grandes.

Los coautores son Lorna P. Browne, M.D.; Uyen Truong, M.D.; Petter Bjornstad, M.D.; Shoshana Tell, M.D.; Janet Snell-Bergeon, Ph.D.; Amy Baumgartner, M.S.; Kendall S. Hunter, Ph.D.; Jane E. B. Reusch, M.D.; Alex J. Barker, Ph.D.; Kristen J. Nadeau, M.D., M.S.; e Irene E. Schauer, M.D., Ph.D.

Los National Institutes of Health (NIH) financiaron el estudio.

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