News Release

Las personas negras e hispanas en los EE. UU. tienen menos probabilidades de recibir tratamiento por complicaciones de un ataque cerebral

Conferencia internacional sobre ataque cerebral 2023 de la American Stroke Association, Resumen 146

Reports and Proceedings

American Heart Association

Prohibida su divulgación hasta las 4 a. m., CT/5 a. m., ET del jueves, 2 de febrero de 2023

DALLAS, 2 de febrero de 2023 — Un análisis de 20 años de registros de salud electrónicos en los EE. UU. revela que los sobrevivientes de ataques cerebrales hispanos de raza negra tenían menos probabilidades que las personas de raza blanca de recibir tratamiento para complicaciones comunes durante el primer año después de ocurrido un ataque cerebral, de acuerdo con una investigación preliminar que se presentará en la Conferencia internacional sobre ataque cerebral 2023 de la American Stroke Association. El encuentro, que se llevará a cabo de manera presencial en Dallas y también virtualmente, del 8 al 10 de febrero de 2023, es una reunión mundial de primer nivel para investigadores y médicos dedicados a la ciencia de los ataques cerebrales y la salud del cerebro..

A pesar de los aumentos en las últimas décadas en las tasas generales de supervivencia a los ataques cerebrales en los EE. UU., los adultos negros e hispanos en los EE. UU. aún muestran una peor recuperación de un ataque cerebral en comparación con sus pares de raza blanca. Según un nuevo estudio, las diferencias en el tratamiento de las complicaciones inmediatamente después de un ataque cerebral posiblemente permitan explicar estas disparidades de la salud persistentes.

“Una constelación de síntomas puede manifestarse después de un ataque cerebral; sin embargo, no todas las complicaciones son eventos que ponen en riesgo la vida. Algunas complicaciones pueden ser más sutiles y no ser detectadas por la comunidad médica y, como resultado, es posible que las personas de diferentes grupos raciales o étnicos no reciban un tratamiento equitativo”, comentó el autor principal del estudio, “El ataque cerebral puede tener un impacto devastador en la calidad de vida de una persona, y creo que es nuestro deber para con los pacientes hacer lo que esté a nuestro alcance para mejorar su nivel funcional y calidad de vida después de un ataque cerebral”.

En este estudio, Con registros médicos electrónicos de 65 importantes centros de cuidado de la salud en los EE. UU., el análisis incluyó a pacientes hospitalizados por un ataque cerebral entre agosto de 2002 y julio de 2022. Los registros se dividieron en tres grupos de pacientes (negros, blancos no hispanos e hispanos): 80,564 sobrevivientes de ataques cerebrales de raza negra se compararon con 80,564 sobrevivientes de ataques cerebrales de raza blanca no hispanos; y 28,375 sobrevivientes de ataques cerebrales blancos no hispanos se compararon con 28,375 sobrevivientes de ataques cerebrales hispanos. Todos los participantes eran mayores de 18 años, con una edad promedio de 64 años, y el 54 % eran hombres.

Los sobrevivientes de ataques cerebrales se compararon en función de 41 factores que pueden afectar la recuperación, incluidos la edad, el sexo y otras afecciones médicas, como hipertensión y diabetes (tipo 1 y 2). Una vez realizada la comparación, no hubo diferencias significativas entre los grupos para ninguno de los 41 factores. Para el análisis, los investigadores revisaron los medicamentos recetados para seis complicaciones comunes del ataque cerebral: excitación/fatiga del sistema nervioso central (confusión); irregularidades del estado de ánimo (depresión/ansiedad); espasticidad (rigidez muscular); problemas para dormir; incontinencia de vejiga y convulsiones. Luego, compararon las diferencias en el tratamiento de estas afecciones después de un ataque cerebral entre las personas que tuvieron estas complicaciones en tres momentos: a los 14 días, a los 90 días y a los 365 días después del ataque.

El análisis reveló lo siguiente:

  • Los sobrevivientes de ataques cerebrales de raza negra tenían significativamente menos probabilidades de recibir tratamiento por cualquier complicación, excepto convulsiones, en comparación con los sobrevivientes de ataques cerebrales de raza blanca. La mayor diferencia se observó en el tratamiento de la excitación/fatiga, la espasticidad y el estado de ánimo a los 14 días. En comparación con los sobrevivientes de ataques cerebrales adultos de raza blanca, los adultos de raza negra mostraban un 30 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por excitación del sistema nervioso central, un 27 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por espasticidad y un 17 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por irregularidades en el estado de ánimo.
  • En la comparación de sobrevivientes de ataques cerebrales blancos hispanos frente a blancos no hispanos a los 14 días, los sobrevivientes hispanos mostraron un 20 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por excitación del sistema nervioso central; 19 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por espasticidad; y un 16 % menos de probabilidades de recibir tratamiento por irregularidades en el estado de ánimo.
  • Se observaron pocas o ninguna diferencia en el tratamiento de las convulsiones entre los tres grupos de pacientes en los tres períodos.

“Cuando un paciente tiene una convulsión, las manifestaciones físicas suelen ser claras y exigen un tratamiento urgente. Sin embargo, para otros síntomas, como la confusión o la depresión, los profesionales de la salud deben profundizar un poco más para evaluar estos signos o síntomas y determinar si se justifica el tratamiento. Esta diferencia entre las convulsiones y los otros síntomas más sutiles es el aspecto importante que hay que tener en cuenta”, indicó Simmonds. “Descubrimos que las disparidades entre los diferentes grupos de población se redujeron un poco con el tiempo, y esto probablemente demuestre que algunas de estas afecciones están siendo reconocidas y tratadas. Sin embargo, incluso al año del suceso, permanecen las disparidades generales de tratamiento de casi todas las complicaciones posteriores al ataque cerebral”. 

La principal limitación de este análisis es que una revisión de una gran base de datos como esta puede identificar las disparidades raciales en la atención del ataque cerebral, pero resulta menos adecuada para determinar qué factores específicos las impulsan. “Estas diferencias son reales y persistentes, por lo que es cuestión de encontrarlas, una por una, y cubrir esas deficiencias”, aseguró Simmonds.

El equipo de investigación planea probar diversas estrategias de intervención que podrían ayudar a los sobrevivientes de ataques cerebrales de raza negra o hispanos a lograr una mejor recuperación funcional después del suceso.

“Es importante que haya comunicación en el futuro. Muchas personas sobreviven a un ataque cerebral, por lo que los profesionales de salud deben preguntar a los pacientes sobre estos otros síntomas sutiles que podrían indicar complicaciones adicionales, además de los factores de riesgo tradicionales, como los niveles de glucosa en sangre o la presión arterial. Estos otros aspectos tienen un impacto importante en la calidad de vida diaria de nuestros pacientes después de un ataque cerebral”.

“Es muy importante que los sobrevivientes de ataques cerebrales reciban tratamiento para las complicaciones posteriores. La recuperación exitosa y la calidad de vida dependen de la identificación y el manejo de las complicaciones posteriores al ataque cerebral”, indicó Karen L. Furie, M.D., M.P.H., FAHA, experta voluntaria de la American Stroke Association, una división de la American Heart Association, vicepresidenta del Subcomité de Ciencias de la Salud Cerebral para Ataques Cerebrales de la Asociación y profesora y decana de Neurología de Warren Alpert Medical School of Brown University en Providence, Rhode Island. “Comprender los factores que contribuyen a estas diferencias en el tratamiento permitirá a los médicos brindar atención equitativa y de alta calidad a los pacientes que han sufrido ataques cerebrales.” La Dra. Furie no participó en este estudio.

Los coautores son Folefac D. Atem, Ph.D.; Babu G. Welch, M.D.; y Nneka L. Ifejika, M.D., M.P.H. Los datos públicos de los autores se encuentran en el resumen.

No se informó financiación para este estudio.

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Recursos adicionales:

La Conferencia internacional sobre ataque cerebral (International Stroke Conference, ISC) de la American Stroke Association es el encuentro más importante del mundo dedicado a la ciencia y el tratamiento de las enfermedades cerebrovasculares. La ISC 2023 se llevará a cabo de manera presencial en Dallas y virtualmente, del 8 al 10 de febrero de 2023. La conferencia de tres días contará con más de mil presentaciones cautivantes en categorías que enfatizan las ciencias básicas, clínicas y traslacionales a medida que la investigación avanza hacia una mejor comprensión de la fisiopatología del ataque cerebral con el objetivo de desarrollar terapias más efectivas. Participe en la Conferencia internacional sobre ataque cerebral en las redes sociales con el hashtag #ISC23.

Acerca de la American Stroke Association

La American Stroke Association se dedica a salvar a las personas de un ataque cerebral: la segunda causa de muerte en el mundo y una de las principales causas de discapacidad grave. Nuestro equipo está formado por millones de voluntarios para financiar la investigación innovadora, luchar por una política de sanidad pública más fuerte y proporcionar herramientas e información que salvan vidas para evitar y tratar los accidentes cerebrovasculares. La Asociación, con sede en Dallas, dio sus primeros pasos oficialmente en 1998 como una división de la American Heart Association. Para obtener más información o participar, llame al 1-888-4STROKE o visite stroke.org. Síganos en FacebookTwitter.

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