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Vivir cerca de un “pantano alimentario” puede aumentar el riesgo de ataque cerebral entre adultos de 50 años o más

Conferencia internacional sobre ataque cerebral 2023 de la American Stroke Association, Resumen 85

Reports and Proceedings

American Heart Association

Puntos destacados de la investigación:

  • Vivir en una zona de “pantanos alimentarios” –áreas con una mayor densidad de opciones de comida rápida y comida chatarra en lugar de opciones de alimentos saludables– puede aumentar el riesgo de ataque cerebral entre las personas de 50 años o más.
  • Los investigadores esperan crear conciencia de que el vecindario y el entorno alimentario donde viven las personas son factores importantes, especialmente entre aquellos que pueden tener dificultades para alcanzar los objetivos óptimos de salud cardiovascular.
  • Las intervenciones específicas basadas en la comunidad o la orientación alimentaria para mejorar la salud cardiovascular pueden ser una solución, según sugieren los investigadores.

Prohibida su divulgación hasta las 4 a. m., CT/5 a. m., ET del jueves, 2 de febrero de 2023

DALLAS, 2 de febrero de 2023 — Los adultos de 50 años o más que residen cerca de zonas repletas de restaurantes de comida rápida y alimentos poco saludables, conocidas como “pantanos alimentarios”, tienen un mayor riesgo de ataque cerebral en comparación con los que viven en áreas con menos opciones minoristas y restaurantes de comidas rápidas, según una investigación preliminar que se presentará en la Conferencia internacional sobre ataque cerebral 2023 de la American Stroke Association. El encuentro, que se llevará a cabo de manera presencial en Dallas y también virtualmente, del 8 al 10 de febrero de 2023, es una reunión mundial de primer nivel para investigadores y médicos dedicados a la ciencia de los ataques cerebrales y la salud del cerebro.

El término “pantano alimentario” fue acuñado hace más de una década para definir a las comunidades donde abundan las cadenas de comida rápida y las tiendas de conveniencia, que inundan los vecindarios con opciones de alimentación poco saludables en lugar de opciones saludables. Los pantanos alimentarios a menudo coinciden con desiertos alimentarios, donde la falta de supermercados dificulta la obtención de productos frescos y alimentos nutritivos.

“A pesar de los grandes avances en la atención de los ataques cerebrales, estos continúan siendo un problema importante y algunas personas seguirán en riesgo a pesar del tratamiento médico óptimo”, expresó Dixon Yang, M.D., autor principal del estudio y becario postdoctoral en Columbia University Irving Medical Center en Nueva York. “Una dieta poco saludable impacta negativamente en los niveles de presión arterial, glucosa y colesterol en sangre, lo que aumenta el riesgo de ataque cerebral. Independiente de la demografía o situación socioeconómica, vivir en un vecindario con una gran cantidad de malas opciones de alimentos puede ser un factor importante que se debe considerar para muchas personas”.

Los pantanos alimentarios y su posible vínculo con el ataque cerebral no se ha estudiado bien. En este estudio, los investigadores analizaron si las zonas de pantanos alimentarios podrían estar asociadas con mayores probabilidades de incidencias de ataques cerebrales. Revisaron los datos del Estudio sobre Salud y Jubilación (Health and Retirement Study, HRS), una investigación en curso de la University of Michigan, que recluta participantes en todo Estados Unidos para evaluar los desafíos y las oportunidades asociados con el envejecimiento y la jubilación. Luego, estos datos se cotejaron con la información sobre el entorno alimentario del Departamento de Agricultura de los EE. UU. para derivar en un índice del entorno alimentario minorista (Retail Food Environment Index, RFEI), que indica la proporción de restaurantes de comida rápida y tiendas de conveniencia respecto del número de opciones de tiendas minoristas de alimentos saludables dentro de los vecindarios.

Este estudio fue un análisis secundario de los datos recopilados entre 2010 y 2016. Luego, los investigadores aplicaron un índice del entorno alimentario minorista ampliado basado en los datos de salud de los participantes. El índice del entorno alimentario minorista incluyó tiendas de conveniencia, restaurantes de comida rápida y de servicio completo como opciones de alimentos poco saludables; los supermercados, los mercados de agricultores y las tiendas de alimentos especializadas se clasificaron como minoristas de alimentos saludables.

El estudio incluyó a 17,875 adultos (edad promedio de 64 años; 54 % mujeres; 84 % de las cuales eran de raza blanca y edad adulta) con ponderación estadística aplicada para representar a la población general de los EE. UU. Se ponderó a cada persona en función del diseño/muestreo de la encuesta, de modo que el grupo fuera representativo de una población mucho más grande de los EE. UU. de más de 84 millones de adultos que viven en la comunidad y no han sufrido ataques cerebrales. Se crearon dos categorías para el índice del entorno alimentario minorista; una proporción inferior a 5, o una proporción de 5 o más. “Se eligieron las dos categorías para la comparación, ya que las investigaciones anteriores han demostrado que una proporción del índice del entorno alimentario minorista de 5 o más puede predecir la prevalencia de personas con obesidad en un vecindario”, explicó Yang.

Más de 3 millones de personas, o el 3.8 % de los estudiados, informaron haber sufrido un ataque cerebral. El análisis determinó lo siguiente:

  • El porcentaje de personas que vivían en áreas con un índice del entorno alimentario minorista inferior a 5 fue del 28 %, y el porcentaje de quienes vivían en áreas clasificadas como 5 o más en el índice del entorno alimentario fue del 72 %.
  • Las personas en el grupo con un índice del entorno alimentario minorista más alto (proporción de 5 o más) tenían un 13 % más de probabilidades de un ataque cerebral en comparación con las personas que vivían en vecindarios con una puntuación de índice inferior a 5.
  • El índice mediano general del entorno alimentario minorista en todas las comunidades fue una proporción de 6, “lo que significa que muchos de los participantes vivían en un área con 6 veces más cantidad de restaurantes minoristas de alimentos poco saludables que de alimentos saludables”, destacó Yang.

“Nuestra investigación subraya la importancia potencial de las opciones de tiendas o restaurantes de alimentos minoristas de un área como un factor estructural que afecta la posibilidad de ataques cerebrales, especialmente porque la mayoría de los participantes residían en áreas con 6 veces más opciones de alimentos relativamente no saludables que saludables”, afirmó Yang.

El estudio estuvo limitado por su diseño transversal, que registró solo un período de tiempo, por lo que los investigadores no pudieron demostrar la relación causa y efecto entre el índice del entorno alimentario minorista y el ataque cerebral. Además, las incidencias de ataque cerebral fueron auto informadas y no hubo datos sobre el tipo de ataque cerebral.

“En esta etapa temprana de nuestra investigación, es importante crear conciencia de que el vecindario y el entorno alimentario de una persona son factores potencialmente importantes que afectan su salud, especialmente entre las personas que pueden tener dificultades para alcanzar objetivos óptimos de salud cardiovascular. En el futuro, puede ser útil centrarse en las intervenciones comunitarias o la orientación alimentaria a fin de mejorar la salud cardiovascular y, por lo tanto, con suerte, reducir el riesgo de ataque cerebral”, expresó Yang.

La declaración de políticas de 2022 de la American Heart Association, Fortalecimiento de las políticas y programas alimentarios de los EE. UU. para promover la equidad en la seguridad nutricional, fomenta políticas que garanticen la seguridad nutricional de todas las personas a lo largo de su vida, y que todas las personas tengan los conocimientos y las herramientas para preparar, comer y almacenar alimentos nutritivos. De acuerdo con la declaración de políticas, la disponibilidad, la accesibilidad y la posibilidad de acceder a alimentos nutritivos no es equitativa en los Estados Unidos. En 2015, el 12.8 % de la población de los EE. UU. tenía ingresos más bajos y acceso limitado a una tienda de comestibles, supermercado o supercentro.

La salud cardiovascular se puede mejorar con las siguientes recomendaciones de la American Heart Association, Los 8 esenciales de la vida: alimentación saludable, actividad física, no fumar, dormir bien, mantener un peso saludable y controlar los niveles de colesterol, azúcar en la sangre y presión arterial. La dieta, que se ve afectada por la inseguridad alimentaria, es uno de los principales factores que contribuyen al riesgo de enfermedades cardiovasculares y la baja aceptación de una dieta ideal impulsa la baja prevalencia general de una buena salud cardiovascular en los EE. UU.

“En este estudio de adultos mayores que viven en comunidad en los EE. UU., la mayoría de las personas vivía en áreas con una alta densidad de opciones de alimentos poco saludables. La asociación entre tener un ataque cerebral y vivir en un entorno alimentario poco saludable destaca la importancia de contar con políticas y programas eficaces que puedan ayudar a mejorar el acceso a opciones de alimentos más saludables para todos los estadounidenses”, expresó Anne N. Thorndike, M.D., M.P.H., FAHA, reciente expresidenta del Comité de Nutrición de la American Heart Association y miembro del Consejo de Estilo de Vida de la Asociación y directora del Cardiac Lifestyle Program en Massachusetts General Hospital en Boston. La Dra. Thorndike no participó en este estudio.

Los coautores son Imama A. Naqvi, M.D., Ph.D.; Jose Gutierrez, M.D., M.P.H. y Sarah Tom, M.D., M.P.H. Los datos públicos de los autores se encuentran en el resumen.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de la Salud.

Las declaraciones y conclusiones de los estudios que se presentan en las reuniones científicas de la American Heart Association son responsabilidad exclusiva de los autores del estudio y no reflejan necesariamente la política o la posición de la Asociación. La Asociación no ofrece garantía de ningún tipo de su exactitud o fiabilidad. Los resúmenes presentados en las reuniones científicas de la Asociación no son revisados por pares, sino que son seleccionados por paneles de revisión independientes y se consideran en función del potencial para agregar a la diversidad de temas científicos y puntos de vista discutidos en la reunión. Los hallazgos se consideran preliminares hasta que se publiquen como un manuscrito completo en una revista profesional científica revisada por pares.

La Asociación recibe financiación de personas particulares principalmente; además, distintas fundaciones y empresas (incluidas compañías farmacéuticas y fabricantes de dispositivos, entre otras) realizan donaciones y financian eventos o programas específicos de la Asociación. La Asociación tiene políticas estrictas para evitar que estas relaciones influyan en el contenido científico. Los ingresos de las compañías farmacéuticas y de biotecnología, los fabricantes de dispositivos y los proveedores de seguros de salud y la información financiera general de la Asociación están disponibles aquí.

Recursos adicionales:

La Conferencia internacional sobre ataque cerebral (International Stroke Conference, ISC) de la American Stroke Association es el encuentro más importante del mundo dedicado a la ciencia y el tratamiento de las enfermedades cerebrovasculares. La ISC 2023 se llevará a cabo de manera presencial en Dallas y virtualmente, del 8 al 10 de febrero de 2023. La conferencia de tres días contará con más de mil presentaciones cautivantes en categorías que enfatizan las ciencias básicas, clínicas y traslacionales a medida que la investigación avanza hacia una mejor comprensión de la fisiopatología del ataque cerebral con el objetivo de desarrollar terapias más efectivas. Participe en la Conferencia internacional sobre ataque cerebral en las redes sociales con el hashtag #ISC23.

Acerca de la American Stroke Association

La American Stroke Association se dedica a salvar a las personas de un ataque cerebral: la segunda causa de muerte en el mundo y una de las principales causas de discapacidad grave. Nuestro equipo está formado por millones de voluntarios para financiar la investigación innovadora, luchar por una política de sanidad pública más fuerte y proporcionar herramientas e información que salvan vidas para evitar y tratar los accidentes cerebrovasculares. La Asociación, con sede en Dallas, dio sus primeros pasos oficialmente en 1998 como una división de la American Heart Association. Para obtener más información o participar, llame al 1-888-4STROKE o visite stroke.org. Síganos en FacebookTwitter.

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