Un estudio reveló que el descarrilamiento de un tren en Ohio y las tareas de limpieza relacionadas provocaron altos niveles de algunos gases

Un tren de carga que transportaba productos químicos industriales descarriló cerca de East Palestine (Ohio) en febrero de 2023 y, para evitar explosiones, las autoridades llevaron a cabo una liberación controlada y quemaron el contenido de los vagones. Los residentes estaban preocupados por su salud y el medioambiente, por lo que los investigadores han estado evaluando la calidad del aire local con métodos de muestreo fijos y móviles. Ahora, en la revista de la ACS, Environmental Science & Technology, se informa que algunos gases, entre ellos la acroleína, alcanzaron niveles que podrían ser peligrosos.

Luego del descarrilamiento, los equipos de respuesta ante desastres vaciaron la carga y la quemaron. Debido a que los vagones cisterna transportaban muchos compuestos volátiles, como cloruro de vinilo y acrilato de butilo, se emitieron órdenes de evacuación localizadas asociadas a la calidad del aire. Sin embargo, luego de regresar a sus hogares, algunos residentes informaron síntomas similares a los que suelen producirse por la exposición a niveles peligrosos de compuestos en suspensión en el aire. Es por esto que Albert Presto y sus colegas quisieron monitorear la calidad del aire e identificar los posibles riesgos para la salud en East Palestine y sus alrededores.

Los investigadores descargaron los datos de monitoreo de la calidad del aire de dos estaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos situadas en ubicaciones fijas. Y, a finales de febrero, trazaron los recorridos de los compuestos transportados por aire, conduciendo una furgoneta de carga por la zona durante dos días. Dentro de la furgoneta había un espectrómetro de masas, que se utilizó para identificar una amplia gama de gases, a favor y en contra del viento, en lugar del accidente. Luego, el equipo calculó los riesgos para la salud de los gases que superaban las concentraciones promedio o de fondo.

A partir de los datos de la EPA, el equipo determinó que los niveles de nueve de los 50 gases subieron inicialmente por encima de sus valores de referencia normales, especialmente la acroleína, un irritante respiratorio. Los investigadores afirman que si estos nueve compuestos se mantuvieran en esos niveles, el aire ambiente podría representar un riesgo para la salud. Sin embargo, durante febrero, las cantidades de muchos contaminantes disminuyeron en gran medida. De hecho, el cloruro de vinilo disminuyó hasta concentraciones por debajo de los límites a largo plazo preocupantes para la salud. El monitoreo móvil detectó cambios en el tiempo y el espacio que las estaciones no pudieron detectar. Por ejemplo, durante el día, los niveles de acroleína y acrilato de butilo eran hasta seis veces más altos cerca del lugar del accidente que las concentraciones de fondo, pero por la noche descendían hasta los valores de fondo. Estos resultados indican la importancia de complementar las técnicas de evaluación de la calidad del aire fijas y móviles, señalan los investigadores, y ambas deben continuar a medida que avancen las actividades de limpieza.

Los autores agradecen la financiación recibida de una beca del Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud Ambiental, una beca de capacitación de dicho instituto y la Fundación Heinz.

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