News Release

El hábitat y los humanos determinaron la evolución y la extinción de los perezosos

Summary author: Walter Beckwith

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

Los antiguos perezosos presentaban una amplia variedad de tamaños, desde diminutos trepadores hasta gigantes que habitaban en el suelo. En esta ocasión, los investigadores informan de que esta diversidad de tamaños corporales estaba determinada en gran medida por los hábitats de los perezosos y que el precipitado declive de estos animales fue probablemente el resultado de la creciente presión humana, que también desencadenó la extinción de los animales terrestres de gran tamaño. Según los autores, los pequeños perezosos arborícolas actuales son los últimos vestigios de un grupo antaño diverso que sobrevivió probablemente porque habitaba en copas de bosques aislados y evitaba la presión humana directa. Aunque en la actualidad solo sobreviven dos pequeños géneros arborícolas –confinados en gran parte a las selvas tropicales de Sudamérica y Centroamérica–, los perezosos (Folivora) representan un linaje de mamíferos americanos antaño diverso, abundante y extendido. Durante el Cenozoico tardío, más de 100 géneros de perezosos ocuparon una amplia gama de tamaños y hábitats repartidos por toda América. Algunas especies de perezosos terrestres superaban los seis metros de altura y pesaban varias toneladas. Sin embargo, a finales del Pleistoceno casi todos estos animales se extinguieron.

 

Alberto Boscaini y sus colegas investigaron los factores que impulsaron la expansión y el declive de la variación del tamaño corporal en los perezosos durante los últimos 35 millones de años, culminando en el rápido colapso final del grupo. Combinando mediciones de fósiles, secuencias de ADN y proteínas y una modelización evolutiva avanzada, Boscaini y su equipo reconstruyeron la historia evolutiva de los perezosos en 67 géneros y comprobaron si los cambios evolutivos en el tamaño estaban vinculados al hábitat, la dieta, el clima, la depredación u otras presiones ecológicas. Los hallazgos muestran que la preferencia de hábitat –si los perezosos vivían en los árboles o en el suelo– fue el factor dominante que determinó la evolución de su tamaño corporal. Los primeros perezosos eran grandes herbívoros que se alimentaban en el suelo. Sin embargo, las transiciones a formas arborícolas con tamaños corporales más pequeños se produjeron en múltiples ocasiones, especialmente a medida que se expandían los paisajes abiertos. El gigantismo evolucionó de forma independiente en varios linajes, reflejando respuestas adaptativas al enfriamiento de los climas y a las presiones ecológicas. Sin embargo, a pesar de haber prosperado durante decenas de millones de años, con una diversidad de tamaños corporales que alcanzó su punto álgido en el Pleistoceno, los perezosos experimentaron un repentino y dramático declive a partir de hace unos 15.000 años. Estos descensos no coinciden con los cambios climáticos de la época, sino con la llegada de los humanos a América. Según Boscaini y sus colaboradores, las pruebas sugieren que la caza humana impulsó la extinción de los perezosos terrestres de gran tamaño.

 

Para los periodistas interesados en tendencias, un estudio de marzo de 2019 en Science Advances realizado por Gustavo Politis et al. destaca pruebas arqueológicas directas de la caza y descuartizamiento de perezosos gigantes por humanos en la Pampa argentina hace unos 12.000 años.


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