Según un nuevo estudio, los ciclones tropicales en Madagascar provocan fuertes picos de infecciones de paludismo, sobre todo en niños, debido a la interrupción de los esfuerzos de control. Sin embargo, los resultados muestran que las vacunas de larga duración introducidas recientemente pueden ayudar a mitigar estas deficiencias. Esto apunta a vías para estrategias de control resistentes al clima en regiones propensas a la malaria. La lucha contra la malaria, que ya es un persistente problema sanitario mundial, se enfrenta a nuevas amenazas derivadas del cambio climático, no solo por el aumento de las temperaturas que modifica la dinámica de los mosquitos, sino también por fenómenos meteorológicos extremos como los ciclones tropicales. Estas catástrofes pueden perturbar gravemente las infraestructuras de salud pública, limitar el acceso a la prevención y el tratamiento de la malaria y aumentar el riesgo de infección, especialmente en las regiones con una elevada carga, donde la continuidad de la atención y el control de la malaria son fundamentales. Sin embargo, a pesar de las preocupaciones, los datos sobre cómo afectan las alteraciones relacionadas con el clima al control de la malaria siguen siendo escasos. Madagascar –un país con una elevada carga de paludismo– está cada vez más expuesto a los efectos del cambio climático, sobre todo por la creciente frecuencia e intensidad de los ciclones tropicales, que en repetidas ocasiones han provocado graves daños en las infraestructuras sanitarias.
Utilizando un estudio longitudinal de cohortes de 500 hogares del distrito malgache de Mananjary, Benjamin Rice y sus colegas analizaron 20.718 observaciones de infección de paludismo antes y después de los ciclones Batsirai (2022) y Freddy (2023). Esto permitió a los autores evaluar la eficacia de diversas intervenciones contra el paludismo ante la presión de los fenómenos meteorológicos extremos. Según las conclusiones, los ciclones tropicales en Madagascar elevan significativamente el riesgo de infección y reinfección de la malaria al interrumpir las intervenciones esenciales de salud pública, incluidos los programas de prevención y tratamiento de la malaria. En los meses posteriores a los ciclones, la infección por paludismo aumentó, sobre todo en los niños: hasta la mitad de los niños en edad escolar y más de un tercio de los niños más pequeños estaban infectados en las zonas de alta transmisión. Mediante la modelización de diversas estrategias de control, los autores descubrieron que las vacunas contra el paludismo introducidas recientemente, que ofrecen hasta 10 meses de protección, podrían reducir significativamente las infecciones sintomáticas y ayudar a mantener el control de la infección por paludismo durante las lagunas de intervención relacionadas con el clima. A pesar de ello, Rice y su equipo señalan que las vacunas contra el paludismo no bastan por sí solas para detener la transmisión y añaden que son esenciales estrategias estratificadas que combinen vacunas, prevención basada en fármacos y herramientas tradicionales como los mosquiteros, especialmente en las zonas de alta transmisión donde el paludismo sigue siendo persistente.
Journal
Science
Article Title
Vaccination to mitigate climate-driven disruptions to malaria control in Madagascar
Article Publication Date
17-Jul-2025