News Release

La evolución de la uña del pulgar, única en los roedores, contribuyó a su exitosa radiación

Summary author: Walter Beckwith

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

El humilde «pulgar» de los roedores puede no parecer una ventana obvia a la evolución, pero su punta queratinizada —la unguis (pezuña, garra o uña)— revela datos sorprendentes sobre la historia y la adaptación de los roedores, según un nuevo estudio. Los hallazgos sugieren que los roedores deben gran parte de su éxito evolutivo a la uña del pulgar (el primer dedo, D1), una adaptación que les proporcionó manos diestras para romper semillas y nueces. La mano de los tetrápodos (vertebrados de cuatro extremidades) es una estructura crucial para interactuar con el entorno y sus dedos muestran una gran diversidad evolutiva tanto en forma como en función. Entre ellos, el primer dedo —D1— es especialmente intrigante: es el último en aparecer durante el desarrollo, el primero en reducirse o perderse en la evolución y, en algunos linajes, como los primates, ha permitido comportamientos diestros, como agarrar o trepar. Sin embargo, la uña rara vez se ha estudiado en detalle. En los roedores, el grupo de mamíferos más diverso, el D1 puede tener una uña, una garra o carecer por completo de unguis, pero los patrones evolutivos y la importancia funcional de esta variación siguen sin conocerse bien.

 

En esta ocasión, Rafaela Missagia y sus colegas utilizan métodos comparativos filogenéticos avanzados para examinar sistemáticamente la diversidad, la historia evolutiva y las correlaciones conductuales de los tipos de unguis D1 en los roedores. Missagia y su equipo descubrieron que una uña, en lugar de una garra, es la condición más común y probablemente la ancestral. Las pruebas fósiles sugieren que los roedores han tenido D1 similares a uñas desde al menos el Oligoceno, lo que convierte esta característica en un rasgo distintivo de larga data del grupo y en un rasgo único entre los órdenes de mamíferos relacionados. Según los autores, la uña D1 puede haber coevolucionado con los distintivos incisivos roedores, permitiendo la manipulación hábil de alimentos duros como las nueces, lo que habría sido una ventaja ecológica clave durante la diversificación temprana del grupo. Las especies de roedores con garras D1 y las que carecen de unguis D1 surgieron más tarde en linajes especializados, probablemente para favorecer comportamientos específicos: garras en los linajes subterráneos o excavadores y pérdida del unguis en los linajes que dependen más de la alimentación oral que del uso de las manos.


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