La creciente demanda de arena para la construcción de infraestructuras está provocando una serie de cuestiones sociales que deben ser abordadas. Aurora Torres et al. destacan en este artículo de Perspective el papel que desempeña la ciencia en la búsqueda de soluciones sostenibles. Entre 1900 y 2010, el volumen global de recursos naturales utilizados en la construcción de edificios e infraestructuras de transporte se ha multiplicado por 23, constituyendo arena y grava la porción principal de estas materias primas. Sin embargo, la extracción de arena tiende a estar poco regulada y a menudo es objeto una extracción y comercio ilícitos desenfrenados. Los autores citan numerosas formas en las que la extracción de arena puede ser perjudicial, por ejemplo al afectar a los ecosistemas por medio de la erosión, la alteración física de los hábitats bénticos y los sedimentos en suspensión. La consiguiente degradación medioambiental tiene también implicaciones negativas para los seres humanos, al amenazar el agua y la seguridad alimentaria, además de aumentar la propagación de enfermedades. La minería de arena también puede ser un frecuente estímulo para conflictos sociales y políticos, incluyendo violencia, actividades criminales y tensiones políticas entre naciones; por ejemplo, existe una "mafia de la arena" en la India que está considerada como uno de los grupos de crimen organizado más poderosos y violentos. Los autores enfatizan la necesidad de adoptar un enfoque científico interdisciplinario que ayude a dilucidar el impacto oculto de la extracción y el comercio de arena, así como identificar un marco para una extracción más sostenible en el futuro. Con una creciente atención a los complejos vínculos de la escasez de arena, la comunidad global puede comenzar a entender cómo usar la arena de manera más sostenible y evitar una tragedia de este bien común, concluyen los autores.
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