News Release

Los ciclos de agua a gran escala tienen un moderado impacto en los terremotos en California

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

In California, Large-scale Water Cycles Impact Quakes A Little

image: Water storage estimated from the regional GPS network throughout central and northern California shown as average water-layer thickness on a 25 km grid. The summer months experience a loss of water in the Sierra Nevada and Central Valley that is replenished in the mountains during the wet winter months as reservoirs fill and snow accumulates. In the Central Valley, water storage has been continuously decreasing due to large scale agriculture. The seasonal change in mass deforms the crust and the associated stress changes modulate regional seismicity. This material relates to a paper that appeared in the 16 June 2017, issue of <i>Science</i>, published by AAAS. The paper, by C.W. Johnson at University of California, Berkeley in Berkeley, CA, and colleagues was titled, "Seasonal water storage, stress modulation, and California seismicity." view more 

Credit: Image produced by Christopher Johnson, Berkeley Seismological Laboratory

En California, los cambios estacionales en los ciclos de agua a gran escala influyen modestamente en la actividad sísmica a pequeña escala, según un nuevo estudio. Los resultados revelan que la nieve, la lluvia, las aguas de deshielo y las escorrentías (así como los cambios en las aguas relacionados con la agricultura) alteran la presión sobre fallas locales, con consecuencias sísmicas en algunos casos. Los cambios de tensión en las líneas de falla o en sus proximidades pueden generar actividad sísmica. Estos cambios pueden ser causados por miles de fenómenos, incluyendo las variaciones en la presión de los poros fluidos. En esta ocasión, Christopher Johnson y sus colegas perseguían una mayor exploración del papel de la alternancia de ciclos húmedos y secos en la alteración del estrés sobre el suelo y, en última instancia, en la generación de temblores. Comparando los cambios estacionales del estrés en el suelo calculados a partir de datos GPS de 2006 a 2014 con las tasas de terremotos de California en dichos años, descubrieron que los leves cambios en el estrés sobre el suelo asociado con la acumulación de agua y nieve, el derretimiento del agua, las escorrentías o el riego agrícola tenían influencia sobre la probabilidad de que se produjeran terremotos. En el sistema de fallas de San Andrés, por ejemplo, las condiciones para que se produjeran terremotos fueron más favorables durante los secos meses de verano, afirman los autores. A lo largo de las fallas de la zona de cizalla del este de California hasta el este de Sierra Nevada, sin embargo, los terremotos eran más probables durante los húmedos meses de invierno.

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