En este número especial de Science, una serie de artículos de Insights examina el estado actual de la democracia en todo el mundo. "Hace 20 años, parecía inevitable que la democracia llegara a todos los rincones del mundo", escriben Brad Wible, redactor jefe de Science, y Tage Rai, redactor asociado de Science, en un artículo introductorio. "En este momento se nos recuerda que debemos luchar por la democracia y trabajar para mejorarla". Wible y Rai dejan en claro lo que está en juego: "Una comprensión científica de los fenómenos sociales y de comportamiento que subyacen al funcionamiento [de la democracia] nos ayudará a mejorar la democracia y, al hacerlo, mejorará las vidas humanas y las sociedades a nivel mundial".
En un artículo de Perspective, David Nickerson y Todd Rogers discuten cómo e las campañas políticas, que llegan a recaudar y gastar cientos de millones de dólares en cada ciclo electoral para maximizar las posibilidades de victoria, tienen mucha menos influencia en los resultados de las elecciones en el mundo real de lo que parece. Un Foro de Políticas de Wendy Cho y Bruce Cain revisa el tema de la manipulación, conocido como gerrymandering, que se ha propuesto que se alivie con ayuda de la inteligencia artificial (IA). Cho y Cain argumentan que dejar la redistribución de distritos en manos de máquinas no garantiza un resultado justo. El papel de la IA, afirman, es amplificar las capacidades humanas mediante la regulación de las malas intenciones con una mayor transparencia, donde la colaboración humano-IA es clave. En un segundo Foro de Políticas, Vesla Weaver y Gwen Prowse destacan un fenómeno que los estudiosos de la política estadounidense pasan por alto: cuando los modos autoritarios de gobierno se concentran en estadounidenses racializados e históricamente oprimidos, rara vez se consideran violaciones de la democracia. Según los autores, este tipo de gobierno -incluidas las respuestas policiales violentas ante protestas pacíficas- puede brindar una oportunidad para que crezcan formas más tradicionales de fascismo, haciendo que algunos segmentos de la población experimenten una ciudadanía diferencial. Weaver y Prowse proponen formas de mejorar el funcionamiento de la democracia en sociedades controladas.
En el primero de los cuatro artículos de Review, Rohini Pande se pregunta si la democracia puede funcionar con millones de personas de entre las más pobres del mundo que viven en democracias de "ingresos medios", donde los ciudadanos aún tienen que utilizar su voto para garantizar una redistribución adecuada de la riqueza. Dado que la voz política de los pobres a menudo se ve limitada por las desventajas sociales y económicas, Pande sostiene que el estado democrático debe reformarse con el fin de servir mejor a estas poblaciones. Un segundo artículo de Review de Deen Freelon y sus colegas destaca las diferencias en el activismo en línea entre la izquierda y la derecha políticas. Resulta evidente que los activistas de izquierda y de derecha utilizan diferentes canales y métodos sociotécnicos para organizar y difundir sus mensajes. En opinión de los autores, estas asimetrías ideológicas tienen implicaciones críticas para la práctica democrática y la gobernanza de las redes sociales. Delia Baldassarri y María Abascal analizan la cohesión social en sociedades multiétnicas en un tercer artículo de Review. Argumentan que fomentar el comportamiento prosocial en el marco de estas sociedades requiere inclusión económica. En el último artículo de Review, Susan Hyde ofrece una descripción general de cómo el crecimiento de la democracia en todo el mundo se ha desacelerado y, en algunos casos, ha disminuido. Este es un momento importante para que los académicos estudien el "retroceso democrático", afirma la autora. En comparación con décadas pasadas, en las que el apoyo a la democracia se hizo sentir con mayor rotundidad en todo el mundo, la abrupta caída del apoyo internacional a la democracia en los últimos años debería ofrecer nuevos conocimientos sobre cuestiones importantes, comenzando por aquellos casos que antes se habían interpretado como democratización y han resultado ser ilusorios.
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