Según un nuevo estudio, en Estados Unidos más del 60 % de los individuos con ascendencia europea pueden identificarse a través de su ADN, incluidos los que no se han sometido a pruebas genéticas, empleando datos de bases de datos abiertas de genealogÃa genética. Estos resultados subrayan el poder del rápido crecimiento de las bases de datos genómicas de los consumidores y sugieren la necesidad de diseñar polÃticas orientadas a garantizar la privacidad genética de las personas y evitar el uso indebido de información genética disponible públicamente. Las pruebas genéticas directas al consumidor y los servicios de terceros relacionados, en especial los que ofrecen datos genealógicos genéticos o el descubrimiento de familiares a través del ADN compartido, han experimentado un meteórico aumento de su popularidad. Sin embargo, estos servicios están siendo utilizados cada vez más por organismos policiales para fines forenses. El caso destacado más reciente condujo a la identificación de un sospechoso en el caso del "asesino del Golden State", en el que se descubrió la identidad de los sospechosos mediante el rastreo de familiares genéticos encontrados en una base de datos genómica de consumidores abierta empleando ADN de la escena del crimen. Para entender mejor el potencial forense de estos métodos a la hora de identificar individuos desconocidos, Yaniv Erlich y sus colegas analizaron un conjunto de datos de más de 1,2 millones de personas anónimas que se habÃan sometido a una secuencia comercial con el proveedor genético al consumidor My Heritage (compañÃa de la que Erlich es Director cientÃfico). Para más del 60 % de los individuos que componÃan el conjunto de datos, se encontró un miembro de la familia con segmentos de ADN coincidentes que correspondÃan aproximadamente a una relación de primos terceros o más cercana. Además, utilizando registros genealógicos disponibles públicamente, Erlich et al. demuestran que una vez que se localizan uno o más parientes, la identidad de un individuo se puede determinar a través de linajes familiares combinados con información demográfica especÃfica, como la edad aproximada o el área de residencia. Para ejemplificar este potencial, los autores utilizaron este método para reconstruir la identidad de una mujer anónima cuya información de ADN estaba disponible públicamente en Internet. Los autores señalan que sus resultados plantean importantes problemas de privacidad y sugieren que es necesario volver a evaluar las prácticas actuales de datos de ADN tanto a nivel comercial como federal. Si bien los datos utilizados representan solo una pequeña porción de la población de EE. UU., Erlich et al. descubrieron que, una vez que una base de datos genética abarca aproximadamente al 2 % de una población objetivo, casi cualquier persona del grupo podrÃa ser conectada al menos a un nivel de primo tercero. Según los autores, dado el rápido crecimiento de la genómica del consumidor, estas posibilidades son alcanzables en un futuro cercano.
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