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Revisión sistemática revela que la psilocibina reduce conductas obsesivo-compulsivas en evidencia clínica y preclínica

Síntesis referencial del Sr. James Gattuso y colaboradores examina 13 estudios que abarcan ensayos clínicos y modelos animales validados, identificando efectos anticompulsivos consistentes

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Genomic Press

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From compulsive behaviors to potential therapeutic interventions. (Left) Excessive hand-washing illustrating compulsive behaviors characteristic of obsessive-compulsive disorder. (Right) Psilocybe cubensis mushrooms containing psilocybin, showing characteristic blue bruising from psilocin oxidation. Psilocybin is under investigation for the treatment of obsessive-compulsive and related disorders. Images © Depositphotos, extended license.

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Credit: Julio Licinio

MELBOURNE, Victoria, AUSTRALIA, 28 de octubre de 2025 – Una revisión sistemática publicada hoy en Psychedelics por el Sr. James Gattuso y colaboradores del Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental sintetiza evidencia clínica y preclínica sobre los efectos de la psilocibina en conductas obsesivo-compulsivas, revelando potencial terapéutico consistente tanto en pacientes humanos como en modelos animales validados. El análisis integral examinó 13 estudios elegibles identificados mediante búsquedas sistemáticas en bases de datos, incluyendo cuatro ensayos clínicos con pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno dismórfico corporal, junto a nueve investigaciones preclínicas utilizando paradigmas conductuales establecidos. La síntesis revela un patrón convincente: dosis únicas de psilocibina condujeron a reducciones rápidas de síntomas en poblaciones clínicas, mientras que en el modelo murino knockout SAPAP3, un modelo genético validado de conducta compulsiva, la psilocibina produjo reducciones robustas en el acicalamiento excesivo que persistieron durante semanas tras una única administración.

El alcance ambicioso de la síntesis

El equipo investigador realizó búsquedas sistemáticas en PubMed utilizando cadenas de búsqueda cuidadosamente construidas que capturaron estudios examinando psilocibina, psilocina o hongos que contienen psilocibina en relación con síntomas o conductas obsesivo-compulsivas. Su búsqueda, realizada en marzo de 2025 con una actualización en septiembre de 2025, identificó inicialmente 370 artículos que, tras aplicar rigurosos criterios de exclusión, arrojaron 13 estudios que cumplían los estándares de inclusión. La síntesis siguió las directrices de elementos de informe preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis, asegurando metodología transparente y reproducible. Lo que hace particularmente oportuna esta revisión es el reconocimiento creciente de que las aplicaciones terapéuticas de la psilocibina pueden extenderse más allá de trastornos del ánimo hacia condiciones caracterizadas por conductas repetitivas y ritualistas. Aunque revisiones previas han examinado el potencial de la psilocibina para el trastorno obsesivo-compulsivo, ninguna empleó metodología sistemática ni extendió la discusión al espectro completo de trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados.

Los estudios analizados abarcan diversos enfoques metodológicos, desde ensayos clínicos abiertos hasta desafíos farmacológicos aleatorizados, y desde evaluaciones conductuales agudas en roedores de tipo silvestre hasta estudios longitudinales en modelos knockout genéticos. Los estudios clínicos involucraron pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo resistente al tratamiento y trastorno dismórfico corporal, condiciones que comparten características centrales de pensamientos intrusivos angustiantes y conductas repetitivas. Las investigaciones preclínicas emplearon múltiples paradigmas conductuales, incluyendo pruebas de enterramiento de canicas en ratones de tipo silvestre y evaluaciones de acicalamiento excesivo en ratones knockout SAPAP3, que carecen de una proteína postsináptica crucial para la función estriatal y exhiben conductas compulsivas análogas al trastorno obsesivo-compulsivo humano. Esta amplitud de evidencia, abarcando especies y metodologías, fortalece la confianza en los patrones identificados mediante síntesis.

El equipo revisor reconoció limitaciones importantes en la literatura existente, incluyendo tamaños de muestra pequeños en estudios clínicos, ausencia de controles con placebo en varios ensayos y limitadas investigaciones mecanicistas sobre cómo la psilocibina produce sus efectos anticompulsivos. Estos vacíos informaron las recomendaciones de la revisión para futuras direcciones de investigación, transformando las limitaciones identificadas en oportunidades para avanzar el campo.

Evidencia clínica: alivio sintomático rápido a través del espectro obsesivo-compulsivo

Los ensayos clínicos sintetizados en esta revisión demuestran reducciones consistentes en síntomas obsesivo-compulsivos tras la administración de psilocibina, aunque con limitaciones metodológicas que moderan la interpretación. En el estudio más temprano examinado, realizado por Moreno y colaboradores en 2006, nueve pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo resistente al tratamiento recibieron dosis escalonadas de psilocibina que oscilaron entre 25 y 300 microgramos por kilogramo por vía oral. Se observaron disminuciones marcadas en la gravedad sintomática, medida por la escala obsesivo-compulsiva de Yale-Brown, en todos los participantes durante una o más sesiones, con reducciones que oscilaron entre 23 y 100 por ciento. Los efectos se manifestaron entre cuatro y 24 horas después de la ingestión, demostrando inicio rápido. Intrigantemente, la respuesta terapéutica no mostró relación significativa dependiente de dosis, sugiriendo que dosis más bajas pueden retener eficacia.

Investigaciones más recientes han expandido la base de evidencia hacia condiciones relacionadas dentro del espectro obsesivo-compulsivo. Schneier y colaboradores en 2024 examinaron los efectos de la psilocibina en 12 adultos con trastorno dismórfico corporal que no habían respondido adecuadamente al tratamiento con inhibidores de recaptación de serotonina. Una dosis oral única de 25 miligramos produjo reducciones significativas en gravedad sintomática a una, dos, tres, seis y 12 semanas tras la administración, con tamaños de efecto grandes persistiendo a lo largo del período de seguimiento. En el punto final de 12 semanas, siete participantes cumplieron criterios de respuesta, con cuatro también alcanzando remisión. El trastorno dismórfico corporal, caracterizado por preocupación angustiante con defectos percibidos de apariencia y conductas repetitivas como revisión especular y acicalamiento excesivo, comparte características neurobiológicas con el trastorno obsesivo-compulsivo y está clasificado dentro del mismo conglomerado diagnóstico. Este hallazgo sugiere que el potencial terapéutico de la psilocibina se extiende a través del espectro de trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados, no meramente al trastorno obsesivo-compulsivo.

Una encuesta retrospectiva en línea de Buot y colaboradores en 2023 recopiló datos de 135 participantes que habían consumido hongos que contienen psilocibina y cumplían criterios para trastorno obsesivo-compulsivo mediante diagnóstico profesional o puntuaciones de detección validadas. Los participantes reportaron mejoras significativas en sintomatología obsesivo-compulsiva tras el uso de psilocibina, con aproximadamente 30 por ciento de usuarios reportando beneficios persistentes que duraron más de tres meses. Individuos que consumieron hongos que contienen psilocibina o dietilamida de ácido lisérgico en múltiples ocasiones reportaron mejoras sintomáticas más fuertes que individuos de uso único, sugiriendo potencial para estrategias de dosificación repetida.

Modelos preclínicos: efectos anticompulsivos duraderos

La evidencia preclínica sintetizada en esta revisión demuestra que la psilocibina reduce conductas compulsivas en múltiples paradigmas conductuales, con efectos particularmente robustos y sostenidos en modelos genéticos validados de compulsividad. El paradigma de enterramiento de canicas, donde roedores entierran objetos nuevos en su lecho, ha sido utilizado para modelar conducta compulsiva durante décadas. Investigaciones tempranas por Halberstadt y colaboradores en 2011 demostraron que la psilocibina redujo el enterramiento de canicas en ratones de tipo silvestre, con efectos dependientes de activación de receptores 5-HT2A. Sin embargo, el valor traslacional del enterramiento de canicas ha sido cuestionado dado que ratones de tipo silvestre exhiben variabilidad sustancial en esta conducta y puede reflejar respuestas exploratorias normales más que patología compulsiva.

Los modelos genéticos de compulsividad proporcionan mayor validez de constructo y poder predictivo para traducir hacia trastorno obsesivo-compulsivo humano. El ratón knockout SAPAP3, que carece de una proteína de andamiaje postsináptica expresada altamente en neuronas espinosas medianas estriatales, exhibe acicalamiento facial excesivo que resulta en lesiones cutáneas, paralelizando las conductas autolesivas repetitivas observadas en algunos pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo. Crucialmente, estas conductas compulsivas en ratones knockout SAPAP3 responden a inhibidores selectivos de recaptación de serotonina, la terapia farmacológica de primera línea para trastorno obsesivo-compulsivo humano, validando el modelo.

Dos estudios sintetizados en esta revisión examinaron efectos de psilocibina en ratones knockout SAPAP3. Iannone y colaboradores en 2022 reportaron que una dosis única de psilocibina de cinco miligramos por kilogramo produjo reducciones significativas en acicalamiento excesivo que persistieron durante al menos cuatro semanas tras la administración. De manera notable, estos efectos conductuales a largo plazo fueron acompañados por incrementos en la densidad de espinas dendríticas dentro del cuerpo estriado ventral, sugiriendo remodelación sináptica duradera como un mecanismo potencial. Kruegel y colaboradores en 2023 extendieron estos hallazgos demostrando que tanto psilocibina como tabernanthalogina, un análogo de ibogaína no alucinógeno, producen efectos anticompulsivos sostenidos en ratones knockout SAPAP3, con efectos persistiendo al menos tres semanas. Críticamente, estos efectos fueron prevenidos por la administración de inhibidores de síntesis proteica antes de la administración de psicodélico, implicando procesos de plasticidad dependientes de síntesis proteica en la mediación de beneficios terapéuticos a largo plazo.

La convergencia de evidencia a través de múltiples modelos conductuales fortalece la conclusión de que la psilocibina ejerce genuinos efectos anticompulsivos más que simplemente alteración conductual inespecífica. Las diferencias en duraciones de efecto entre ratones de tipo silvestre (horas) y modelos genéticos (semanas) sugieren que substratos neuronales patológicos pueden exhibir mayor susceptibilidad a remodelación inducida por psicodélicos que circuitos cerebrales normales.

Mecanismos de acción: desentrañando bases neurobiológicas

Aunque tanto evidencia clínica como preclínica demuestran efectos anticompulsivos de psilocibina, los mecanismos precisos mediante los cuales estos efectos emergen permanecen incompletamente comprendidos. La revisión sintetiza teorías mecanicistas actuales e identifica experimentos críticos necesarios para distinguir entre hipótesis en competencia.

La psilocibina funciona como profármaco, rápidamente desfosforiado a psilocina, que actúa como agonista del receptor de serotonina 5-HT2A. La activación del receptor 5-HT2A en corteza cerebral, particularmente en neuronas piramidales capa cinco, genera las experiencias subjetivas características de psicodélicos mientras simultáneamente inicia cascadas de señalización intracelular que promueven plasticidad neuronal. La hipótesis de plasticidad propone que los efectos terapéuticos de psicodélicos emergen a través de remodelación sináptica de circuitos neuronales disfuncionales en lugar de efectos farmacológicos agudos.

Evidencia preclínica apoya esta hipótesis de plasticidad. Los estudios demostrando incrementos en densidad de espinas dendríticas estriatales siguiendo a administración de psilocibina proporcionan evidencia estructural directa de remodelación sináptica. La prevención de efectos anticompulsivos mediante inhibidores de síntesis proteica implica adicionalmente transcripción génica y síntesis de nueva proteína en mediación de beneficios duraderos. Sin embargo, las moléculas específicas de señalización descendente que conectan activación del receptor 5-HT2A a cambios sinápticos permanecen pobremente caracterizadas en el contexto de efectos anticompulsivos.

Una cuestión mecanicista crítica concierne si los efectos terapéuticos requieren las experiencias alucinógenas subjetivas producidas por psicodélicos o si análogos no alucinógenos retendrían eficacia. En estudios clínicos de psilocibina para depresión, la intensidad de experiencias místicas correlaciona con magnitud de mejora sintomática, sugiriendo que procesamiento psicológico de experiencias alteradas de consciencia contribuye a resultados terapéuticos. Sin embargo, evidencia preclínica de esta revisión desafía esta perspectiva. Los efectos anticompulsivos de tabernanthalogina, reportada no producir respuestas de sacudida de cabeza características de activación alucinógena del receptor 5-HT2A en roedores, sugieren disociabilidad de efectos terapéuticos de propiedades alucinógenas. Si confirmado mediante estudios adicionales, este hallazgo tendría profundas implicaciones para desarrollo de fármacos, potencialmente permitiendo terapias psicodélicas sin las demandas sustanciales de recursos de sesiones de dosificación supervisadas.

Alternativamente, las experiencias subjetivas pueden importar para eficacia terapéutica en humanos incluso si no requeridas en modelos animales. Las terapias de exposición para trastorno obsesivo-compulsivo funcionan habilitando a pacientes a confrontar miedos mientras experimentan activación fisiológica sin consecuencias catastróficas, promoviendo extinción de aprendizaje. Las experiencias psicodélicas podrían funcionar similarmente, creando oportunidades para insights psicológicos y reevaluación cognitiva de patrones obsesivos dentro de estados alterados de consciencia que facilitan flexibilidad psicológica. Dilucidar estas cuestiones requiere estudios clínicos directamente comparando psicodélicos alucinógenos con análogos no alucinógenos mientras evaluando contribuciones de apoyo psicológico, integración y factores contextuales.

Implicaciones clínicas: hacia dosificación basada en evidencia y protocolos de tratamiento

La síntesis de evidencia a través de esta revisión genera implicaciones accionables para práctica clínica mientras simultáneamente identifica ambigüedades que requieren resolución mediante investigación adicional. Para clínicos considerando terapia asistida por psilocibina para pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo o condiciones relacionadas, varios principios emergen de la evidencia sintetizada.

Primero, incluso poblaciones con trastorno obsesivo-compulsivo resistente al tratamiento pueden responder a psilocibina. Los estudios sintetizados incluyeron pacientes que habían fracasado en múltiples ensayos previos de medicación, sugiriendo que la psilocibina opera a través de mecanismos distintos de tratamientos serotoninérgicos convencionales. Esta distinción mecanicista proporciona esperanza para individuos agotados de opciones terapéuticas.

Segundo, la dosificación óptima permanece incierta. Los estudios clínicos han empleado amplios rangos de dosis, desde 25 microgramos por kilogramo hasta 300 microgramos por kilogramo, o dosis fijas de 25 miligramos. La ausencia de relaciones claras dosis-respuesta en varios estudios sugiere que dosis moderadas pueden ser suficientes, potencialmente reduciendo cargas de efectos adversos mientras reteniendo beneficios terapéuticos. Sin embargo, sin ensayos controlados que comparan directamente estrategias de dosificación, las recomendaciones de dosificación óptimas permanecen especulativas.

Tercero, la duración de beneficios terapéuticos varía sustancialmente a través de estudios. Algunos pacientes experimentan mejoras sintomáticas sostenidas extendiéndose meses tras una dosis única, mientras otros exhiben recaída dentro de semanas. Identificar predictores de durabilidad de respuesta ayudaría a guiar decisiones sobre si los pacientes deben recibir tratamientos de refuerzo periódicos o sesiones de integración continuas para mantener ganancias.

Cuarto, consideraciones de seguridad merecen atención cuidadosa. Aunque los estudios sintetizados no reportaron eventos adversos serios, los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo frecuentemente tienen comorbilidades psiquiátricas incluyendo depresión, ansiedad y a veces propiedades psicóticas. Las experiencias psicodélicas pueden precipitar angustia psicológica aguda o exacerbación transitoria de síntomas, requiriendo apoyo psicológico preparado. Protocolos de detección apropiados deben identificar pacientes con riesgo elevado de reacciones adversas.

Finalmente, el contexto terapéutico importa profundamente. Los ensayos clínicos proporcionaron apoyo psicológico sustancial, incluyendo sesiones de preparación antes de la dosificación y múltiples sesiones de integración subsecuentes. Este apoyo no meramente mejora seguridad sino probablemente contribuye a eficacia terapéutica ayudando a pacientes a procesar e incorporar insights de experiencias psicodélicas. Programas clínicos implementando terapia asistida por psilocibina deben asignar recursos suficientes para este componente de tratamiento esencial.

Perspectivas transdiagnósticas: tratando compulsividad a través de fronteras de trastornos

Una contribución conceptual importante de esta revisión concierne el reconocimiento de que conductas compulsivas atraviesan múltiples categorías diagnósticas dentro del espectro de trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados. Más allá del trastorno obsesivo-compulsivo, condiciones incluyendo trastorno dismórfico corporal, trastornos de acaparamiento, tricotilomanía (trastorno de arrancamiento de cabello) y trastorno de excoriación (trastorno de pellizcamiento de piel) todas presentan características compulsivas centrales. La evidencia sintetizada sugiriendo eficacia de psilocibina a través de trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno dismórfico corporal apunta hacia acciones terapéuticas transdiagnósticas enfocando mecanismos neuronales subyacentes compartidos más que manifestaciones sintomáticas superficiales.

Esta perspectiva transdiagnóstica se alinea con marcos psiquiátricos contemporáneos enfatizando enfoques dimensionales a psicopatología en lugar de diagnósticos categóricos estrictos. Si la psilocibina se dirige a mecanismos neurobiológicos centrales subyacentes a compulsividad más que síntomas específicos de trastorno, sus aplicaciones terapéuticas pueden extenderse a través de fronteras diagnósticas. Ensayos clínicos futuros deben reclutar pacientes a través del espectro de trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados, examinando si dimensiones sintomáticas basales predicen respuesta a tratamiento mejor que categorías diagnósticas tradicionales.

La revisión también nota evidencia intrigante de que extractos de hongos que contienen psilocibina pueden producir efectos terapéuticos superiores comparados con psilocibina aislada, probablemente mediante efectos de séquito mediados por compuestos bioactivos adicionales como baeocistina y norbaeocistina. Si confirmado mediante ensayos comparativos directos, este hallazgo tendría implicaciones para si desarrollo farmacéutico debe enfocarse en sintetizar análogos de psilocibina de molécula única o estandarizar preparaciones de hongo entero.

La agenda de investigación: prioridades para la próxima década

Construyendo sobre los patrones y vacíos identificados mediante síntesis sistemática, los autores revisores proponen una agenda de investigación integral abarcando la próxima década. Al nivel clínico, la prioridad más alta involucra realizar ensayos adecuadamente potenciados, aleatorizados, controlados con placebo con controles de placebo activos como niacina o metilfenidato que producen efectos somáticos potencialmente confundidos con psilocibina en participantes inexpertos en psicodélicos. Estos ensayos deben incorporar neuroimagen funcional para evaluar si la psilocibina normaliza la hiperactividad frontoestriatal característica del trastorno obsesivo-compulsivo y si cambios neuronales predicen trayectorias de mejora sintomática.

Comparaciones de estrategia de dosificación representan otra prioridad de investigación. ¿Deben los clínicos apuntar a dosis únicas altas que producen experiencias místicas intensas, dosis moderadas repetidas o regímenes de microdosificación crónica bajo el umbral perceptual? Cada enfoque porta riesgos y beneficios distintos respecto a eficacia, seguridad, escalabilidad y aceptabilidad del paciente. Ensayos comparativos directos examinando estas estrategias mientras miden tanto alivio sintomático a corto plazo como tasas de recaída a largo plazo informarán protocolos de tratamiento óptimos.

Al nivel preclínico, investigaciones mecanicistas deben emplear modelos genéticos validados como ratones knockout SAPAP3 para diseccionar vías moleculares y celulares mediando efectos anticompulsivos sostenidos. Experimentos críticos incluyen estudios de antagonismo de receptor determinando si efectos terapéuticos requieren activación del receptor 5-HT2A, experimentos de inhibición de síntesis proteica probando la hipótesis de neuroplasticidad y cuantificación de marcadores sinápticos estableciendo si cambios de espinas dendríticas correlacionan con mejoras conductuales. Técnicas avanzadas como optogenética y quimiogenética podrían identificar los circuitos neuronales específicos a través de los cuales la psilocibina ejerce efectos terapéuticos, potencialmente revelando objetivos de intervención novedosos.

El papel del apoyo psicológico e integración representa otra área poco estudiada. Ensayos clínicos actuales proporcionan preparación psicológica sustancial antes de la dosificación y terapia de integración posteriormente, generando preguntas sobre cuánto del beneficio terapéutico deriva de efectos farmacológicos de psilocibina versus el contexto de apoyo. Diseños factoriales que varían sistemáticamente la intensidad del apoyo psicológico mientras mantienen constante la dosificación de psilocibina podrían desenmarañar estos componentes. Si el apoyo psicológico resulta esencial, protocolos estructurados para terapia de integración deben ser desarrollados y validados.

La experiencia detrás de la síntesis

El Dr. Thibault Renoir, autor corresponsal e investigador senior en esta revisión, posee una beca Ronald Philip Griffiths de la Universidad de Melbourne y ha sido apoyado por una beca de liderazgo de investigación de demencia del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica en el pasado. Su programa de investigación se enfoca en moduladores ambientales y farmacológicos de neuroplasticidad en modelos preclínicos de trastornos neuropsiquiátricos. El profesor Anthony Hannan, autor senior, posee una beca de investigación principal del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica y lidera un laboratorio investigando interacciones gen-ambiente en condiciones neurológicas y psiquiátricas. El equipo en el Instituto Florey de Neurociencia y Salud Mental reúne experiencia en neurociencia conductual, psicofarmacología y psiquiatría traslacional.

La naturaleza colaborativa de esta síntesis, involucrando investigadores con experiencia complementaria en fenomenología clínica, modelado preclínico y neurofarmacología, fortalece la integración de evidencia a través de enfoques metodológicos. El equipo invirtió meses realizando búsquedas sistemáticas en bases de datos, examinando cientos de artículos, extrayendo datos de estudios elegibles y evaluando críticamente la calidad e implicaciones de la evidencia. Este proceso riguroso ejemplifica cómo las revisiones sistemáticas sirven a la comunidad científica organizando hallazgos dispersos en marcos coherentes que guían investigación futura.

Este artículo de revisión sistemática representa una síntesis crítica del estado actual de conocimiento sobre los efectos de psilocibina a través del espectro de trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados, proporcionando a investigadores, clínicos y formuladores de políticas un marco integral para comprender tanto hallazgos establecidos como vacíos críticos. Mediante análisis sistemático e integración de hallazgos de 13 estudios abarcando ensayos clínicos en poblaciones resistentes al tratamiento y modelos animales validados, los autores ofrecen tanto perspectiva histórica sobre cómo este campo naciente ha evolucionado como una hoja de ruta para investigaciones futuras. La síntesis revela patrones que fueron invisibles en estudios individuales, particularmente la consistencia de efectos anticompulsivos a través de enfoques metodológicos diversos, reconcilia contradicciones aparentes respecto a efectos terapéuticos agudos versus sostenidos y destaca las avenidas más prometedoras para avanzar el campo. Tales revisiones integrales son esenciales para traducir el peso acumulado de evidencia en insights accionables que pueden mejorar práctica y política. La metodología rigurosa empleada, incluyendo búsquedas sistemáticas en bases de datos siguiendo directrices PRISMA y criterios de inclusión transparentes, asegura la confiabilidad y reproducibilidad de la síntesis. Este trabajo ejemplifica cómo el análisis sistemático de literatura existente puede generar nueva comprensión y guiar la asignación de recursos de investigación hacia las preguntas sin responder más críticas.

El artículo revisado por pares en Psychedelics titulado "Efectos de la psilocibina sobre conductas obsesivo-compulsivas: Una revisión sistemática de evidencia preclínica y clínica", está disponible libremente vía acceso abierto el 28 de octubre de 2025 en Psychedelics en el siguiente hipervínculo: https://doi.org/10.61373/pp025i.0044.

Un editorial acompañante de los Dres. Julio Licinio y Ma-Li Wong, titulado "De los comportamientos compulsivos a las terapéuticas psicodélicas: Cuando ratones y hombres hablan el mismo lenguaje de circuitos", se publica en el mismo número de Psychedelics el 28 de octubre de 2025. El editorial contextualiza los hallazgos de la revisión sistemática dentro del panorama más amplio de la investigación psicodélica, examinando la significancia traslacional de la replicación interlaboratorio en modelos animales y discutiendo las direcciones de investigación futura necesarias para avanzar los tratamientos basados en psilocibina para trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados. El editorial está disponible libremente vía acceso abierto en: https://doi.org/10.61373/pp025d.0047.

Acerca de Psychedelics: Psychedelics: The Journal of Psychedelic and Psychoactive Drug Research (ISSN: 2997-2671, en línea y 2997-268X, impreso) es una revista de investigación médica de alta calidad publicada por Genomic Press, Nueva York. Psychedelics está dedicada a avanzar conocimiento a través del espectro completo de sustancias alteradoras de consciencia, desde psicodélicos clásicos hasta estimulantes, cannabinoides, entactógenos, disociativos, compuestos derivados de plantas y compuestos novedosos incluyendo enfoques de descubrimiento de fármacos. Nuestro enfoque multidisciplinario abarca mecanismos moleculares, aplicaciones terapéuticas, descubrimientos neurocientíficos y análisis socioculturales. Damos la bienvenida a diversas metodologías y perspectivas desde farmacología fundamental y estudios clínicos hasta investigaciones psicológicas y contextos societales-históricos que mejoran nuestra comprensión de cómo estas sustancias interactúan con biología, psicología y sociedad humanas.

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