Los científicos han validado un protocolo único que puede prolongar la supervivencia de los trasplantes de corazón en primates no humanos sin necesidad de inmunosupresión. Sus estudios se basan en investigaciones preclínicas anteriores que demostraron que el cotrasplante de corazones junto con riñones y médula ósea puede prevenir el rechazo del trasplante de corazón, abordando un obstáculo de larga data en este campo. El rechazo de órganos sigue siendo una preocupación importante para los pacientes que han recibido trasplantes y es una de las principales causas de fracaso del procedimiento. Actualmente, la mayoría de los pacientes toman medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo, pero estos deben ser administrados de por vida y tienen numerosos efectos secundarios. Por esta razón, los científicos están investigando estrategias que puedan inducir al sistema inmunitario a tolerar órganos y tejidos extraños sin necesidad de inmunosupresión. Previamente, los científicos demostraron que dos procedimientos, denominados acondicionamiento no mieloablativo seguido de trasplante de médula ósea del donante (DBMT), podían establecer tolerancia en trasplantes de riñón en primates no humanos, extendiendo la vida útil de los órganos. Sin embargo, replicar este éxito en trasplantes de corazón ha resultado más complicado. Makoto Tonsho y sus colegas probaron si el trasplante de riñones junto con corazones del mismo donante podría inducir la supervivencia a largo plazo de los corazones trasplantados. Los investigadores desarrollaron un protocolo en el que realizaron el DBMT una semana antes del cotrasplante de órganos y compararon macacos cinomolgos que recibieron solo un trasplante de corazón con aquellos que recibieron tanto un corazón como un riñón del mismo donante no compatible. Los corazones trasplantados sobrevivieron mucho más tiempo sin inmunosupresión en los receptores de trasplantes duales en comparación con los animales que solo recibieron corazones. Investigaciones adicionales vincularon esta tolerancia a las estructuras linfoides en los riñones, ricas en células T reguladoras, conocidas por sus propiedades inmunomoduladoras. Como un paso hacia la translación clínica, los autores también adaptaron el protocolo simultáneo para acomodar trasplantes de donantes fallecidos. "Una versión de este protocolo podría inducir tolerancia en pacientes con insuficiencia cardíaca y renal en etapa terminal que requieran trasplantes combinados de corazón y riñón", especulan Tonsho y sus colegas.