El análisis de datos de la Encuesta Financiera de las Familias, incluida en el Plan Estadístico Nacional, pone de manifiesto que la convivencia de progenitores de 50 a 75 años con hijos mayores de 30 años en el hogar familiar tiene un efecto adverso en el bienestar de las madres, especialmente si se trata de hijos adultos de sexo masculino.
En los países del sur de Europa, más del 40% de los adultos entre 25 y 34 años viven en casa de sus padres y la edad media de salida del hogar familiar es de 29,8 años. Aparte de aspectos económicos, los contextos culturales de los países mediterráneos parecen explicar estos resultados, dado que se caracterizan tradicionalmente por vínculos familiares más fuertes y una división menos equitativa del trabajo doméstico.