Un nuevo par de estudios ofrece hallazgos contrastantes sobre si las dosis de refuerzo de vacunas contra el COVID-19 pueden generar inmunidad en los sitios mucosos del cuerpo, que han sido durante mucho tiempo un objetivo atractivo para los investigadores de vacunas. Pese a que los dos estudios llegaron a conclusiones opuestas, ambos proporcionan valiosas ideas sobre cómo responde el sistema inmunológico humano a las vacunas y dosis de refuerzo contra el COVID-19. Las vacunas actuales de ARNm contra el SARS-CoV-2 son bastante buenas en cuanto a reducir el riesgo de enfermedad grave. Sin embargo, no logran prevenir infecciones reales, especialmente con la aparición de la variante ómicron y otras que pueden evadir hábilmente el sistema inmunológico. Las vacunas actuales se inyectan en los músculos y no son efectivas para generar inmunidad en los sitios mucosos, como la nariz y la boca, que suelen ser las primeras líneas de defensa contra los virus invasores. En el primer estudio, Jozefien Declercq y sus colegas examinaron muestras de hisopos nasales tomadas de 183 personas que recibieron una vacuna primaria de ARNm contra el COVID-19 y al menos una dosis de refuerzo tras un mínimo de seis meses. En general, el equipo descubrió que las dosis de refuerzo desencadenaron la secreción de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 en la mucosa nasal. A continuación, estudiaron ratones que recibieron repetidas dosis de vacunas de ARNm para el COVID-19 y observaron que la fuente más probable de los anticuerpos eran células que residen dentro del bazo y la médula ósea. Sin embargo, Ninaad Lasrado y sus colegas llegaron a la conclusión opuesta: que las dosis de refuerzo de una vacuna de ARNm generaron solo una inmunidad limitada en la mucosa. El segundo equipo analizó muestras de sangre e hisopos nasales de 58 personas, 31 de las cuales recibieron la vacuna de refuerzo de ARNm contra la variante XBB.1.5 en otoño de 2023. Aunque estas dosis de refuerzo aumentaron los anticuerpos neutralizantes en el suero de los receptores, los refuerzos no amplificaron la cantidad de anticuerpos neutralizantes en la mucosa. En un artículo relacionado, Jinyi Tang y Jie Sun sugieren que los hallazgos opuestos de Declercq et al. y Lasrado et al. podrían deberse a diferencias en los grupos de estudio, la metodología utilizada y el número o la reciente exposición a vacunas o infecciones por SARS-CoV-2. Sin embargo, ambos estudios destacan cómo un enfoque de inmunización mucosa "podría cubrir las lagunas en nuestras vacunas 'permeables' actuales y ayudar a alcanzar el objetivo final de la inmunidad esterilizante", escriben los autores.