Las mascarillas quirúrgicas ayudan a evitar la propagación de patógenos transmitidos por el aire y, por tanto, se usaron ampliamente durante la pandemia de COVID-19. En la actualidad, una mascarilla modificada también podría proteger a una persona al detectar afecciones de salud, como la enfermedad renal crónica. Los investigadores que publican un artículo en ACS Sensors incorporaron un sensor de respiración especializado en la tela de una mascarilla para detectar metabolitos asociados con dicha enfermedad. En las pruebas iniciales, el sensor casi siempre identificó con éxito a las personas que padecían la enfermedad.