• Investigadores del CNIO descubren que, en ratones que comen mucha grasa, las células de cáncer se rodean de plaquetas cuando viajan por la sangre, como si tuvieran una coraza que las protege mientras se diseminan.
• Además, en los animales con dieta grasa es más fácil para las células tumorales ‘anidar’ en otros órganos, y dar lugar a una metástasis del tumor primario.
• “Estos resultados anticipan un futuro en que los cambios en la dieta, junto con el control de la actividad plaquetaria, complementen tratamientos antitumorales”, dice Héctor Peinado, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
• El trabajo se publica en ‘Nature Communications’.