Los arroyos efímeros, corrientes temporales que solo fluyen después de las lluvias o el deshielo, contribuyen con más del 50% del flujo a los sistemas fluviales aguas abajo y probablemente tienen una gran influencia en la calidad del agua en EE.UU., según un nuevo estudio de modelado. Los hallazgos muestran lo importantes que son los arroyos efímeros para el transporte de agua y contaminación hacia cuerpos de agua más grandes y permanentes. Según los autores, excluir estos arroyos de la cobertura de la Ley de Agua Limpia de EE.UU. limitaría significativamente la autoridad federal para proteger la calidad del agua aguas abajo. Los arroyos efímeros, que fluyen solo en respuesta directa a la precipitación y están desvinculados de las fuentes de agua subterránea, desempeñan un papel crucial en el transporte de nutrientes, sedimentos, contaminantes y otros materiales hacia cuerpos de agua más grandes. A pesar de que es probable que estos arroyos de corta duración representen gran parte de la red fluvial global, la investigación enfocada específicamente en los arroyos efímeros es limitada y sus aportaciones hidrológicas al flujo aguas abajo y la calidad del agua siguen siendo en gran medida desconocidas. Craig Brinkerhoff y sus colegas desarrollaron un modelo para cuantificar las contribuciones de los arroyos efímeros a más de 20,7 millones de cuerpos de agua más permanentes en los Estados Unidos contiguos. Brinkerhoff y sus colegas combinaron datos de conjuntos de datos hidrológicos publicados para estimar las ubicaciones de los arroyos efímeros, así como cuándo y cuánto fluyen. Los autores encontraron que los arroyos efímeros en el suroeste y oeste de EE.UU. fluyen con menos frecuencia (solo de 4 a 46 días por año en promedio) en comparación con los del este de EE.UU., donde fluyen 173 días por año en promedio. Sin embargo, a pesar de su flujo infrecuente, los arroyos efímeros occidentales contribuyeron más significativamente al flujo de los ríos aguas abajo, alcanzando hasta un 79% en promedio, que los arroyos efímeros orientales, que contribuyeron aproximadamente un 50% en promedio. En conjunto, los hallazgos muestran que los arroyos efímeros contribuyen, en promedio, con el 55% del flujo a los ríos de flujo perenne en los Estados Unidos contiguos. Según Brinkerhoff y sus colegas, los resultados indican que los arroyos efímeros son probablemente una vía sustancial a través de la cual la contaminación entra en ríos, lagos, embalses y, en última instancia, en el océano. “Aunque los canales efímeros a menudo se pasan por alto debido a su flujo infrecuente, son cruciales para la disponibilidad de agua aguas abajo,” escriben Judson Harvey y Stephanie Kampf en un artículo de Perspective relacionado. “Los cambios impulsados por el clima y el uso de la tierra alterarán los flujos y las funciones relacionadas de los arroyos efímeros de maneras que influirán en los resultados futuros para el suministro de agua, la calidad del agua potable y la salud de los ecosistemas acuáticos en arroyos y ríos de todos los tamaños.”

Gracias a haber quedado rápidamente sepultados en ceniza volcánica, en un proceso similar al de Pompeya, la anatomía de los trilobites de la era Cámbrica es más discernible que nunca gracias a fósiles exquisitamente conservados. Los fósiles descubiertos en Marruecos se reportan en un nuevo estudio que revela detalles microscópicos, incluidos los apéndices de los trilobites y su sistema digestivo. Los trilobites son quizás las criaturas más conocidas que vivieron durante el período Cámbrico. El duro exoesqueleto de estos artrópodos marinos extintos favorece su alto potencial de fosilización, facilitando la identificación de más de 22.000 especies de trilobites y un robusto registro fósil que abarca desde el Cámbrico temprano hasta la extinción del Pérmico. Aunque esta abundancia de fósiles ha llevado a una gran comprensión de la morfología externa de estos animales, el conocimiento de su anatomía, particularmente de sus apéndices de tejidos blandos y órganos internos, que rara vez se conservan, es muy limitado. En esta ocasión, Abderrazak El Albani y sus colegas informan sobre varios fósiles de trilobites de la era Cámbrica excepcionalmente bien conservados y anatómicamente completos de la formación Tatelt en Marruecos. Según El Albani y sus colegas, los trilobites se fosilizaron debido a un rápido enterramiento en cenizas producido por un único evento de flujo piroclástico que arrasó un entorno marino poco profundo. Este escenario llevó a su entierro instantáneo y a una preservación prístina y tridimensional tanto del exoesqueleto como de la anatomía blanda que contenía. Utilizando imágenes de rayos X microtomográficos, los autores pudieron observar características anatómicas, incluido el exoesqueleto articulado y no distorsionado de los trilobites, antenas, apéndices postantenales, sistema digestivo y otros tejidos blandos. El Albani y sus colegas también describen características anatómicas previamente desconocidas, como sus novedosas estructuras de alimentación, una apertura bucal en forma de hendidura y apéndices especializados en la cabeza que forman un complejo aparato de alimentación alrededor de la boca. Además, los hallazgos sugieren que otros depósitos de ceniza volcánica en entornos marinos, como el que sepultó a los trilobites de Tatelt, pueden tener un potencial significativo para preservar criaturas de cuerpo blando o anatomía con detalles finos, destacando el potencial para futuros descubrimientos en depósitos similares.

Proteger nuestros datos médicos o detectar las noticias falsas es cada vez más importante en un mundo digitalizado con los deepfakes al alza

La medición del consumo energético derivado de la actividad digital desde una óptica científica es el reto al que se enfrentan en Hiili, S.L., una empresa constituida recientemente e impulsada por dos investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), Ángel y Rubén Cuevas Rumín, del Dpto. de Ingeniería Telemática. En concreto desarrollan soluciones tecnológicas que combinan técnicas de medidas de Internet e Inteligencia Artificial (IA) para realizar una estimación precisa del consumo energético de los procesos digitales de una empresa.

Al mapear el panorama de las proteínas en el líquido cefalorraquídeo (LCR), un equipo de investigadores ha descubierto posibles marcadores de la enfermedad de Alzheimer que aparecen hasta 20 años antes de que se presenten los síntomas. Su análisis, en el que participaron 300 personas, clarifica los cambios biológicos confusos y complejos que preceden a esta devastadora enfermedad neurodegenerativa y podría informar el desarrollo de marcadores y pruebas predictivas. La enfermedad de Alzheimer ha sido directamente vinculada a la agregación de las proteínas beta-amiloide y tau en el cerebro. Aunque el estudio de estas proteínas en biofluidos puede proporcionar pistas sobre la aparición de la enfermedad de Alzheimer, los científicos aún requieren biomarcadores más fiables capaces de formar la base para los tan necesitados diagnósticos tempranos. Eric Dammer y sus colegas teorizaron que podrían obtener nuevas pistas sobre los orígenes de la enfermedad de Alzheimer a partir del LCR, un líquido acuoso que rodea el cerebro y la médula espinal. Los investigadores utilizaron dos técnicas de análisis de proteínas llamadas espectrometría de masas y Somascan que aplicaron a muestras de LCR de 160 pacientes con enfermedad de Alzheimer y 140 controles. Los científicos generaron un robusto mapa de la actividad proteica, que consiste en 34 “módulos” derivados de más de 5000 mediciones de proteínas. De estos módulos, los investigadores identificaron tres que correlacionaron con la enfermedad y con el factor de riesgo genético APOE ε4. Investigaciones adicionales revelaron que los cambios en estos módulos en muestras de sangre se vinculaban a un riesgo de demencia más de 20 años antes de que se diagnosticara al paciente. El equipo también analizó muestras de LCR de un ensayo de fase 2 de pacientes con enfermedad de Alzheimer que tomaban atomoxetina, un medicamento aprobado para el TDAH. Encontraron que el medicamento reducía la actividad anómala del módulo de glucólisis, el cual se correlacionaba más con los déficits cognitivos. Dammer y sus colegas hacen un llamamiento a futuros estudios con muestras más grandes de ensayos de fase 3 de atomoxetina para validar sus hallazgos.

Las mujeres transgénero siguen en riesgo de padecer cáncer de próstata. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de Cedars-Sinai Cancer, publicado en la revista Journal of the American Medical Association, concluye que las actuales directrices de detección podrían pasar por alto el cáncer de próstata en estadio temprano en las mujeres transgénero que reciben terapia hormonal.